Que nació y creció en pueblo apartado.
Vivió sus primeros años entre el cariño de sus padres y las ilusiones de su mente.
Y por estos tiempos llamados navideños, desde muy pequeño se encontró con muchas sorpresas.
Una de ellas era que para la mañana de Navidad en su Barrio Prieto, el Niño Dios casi no había dejado regalos, en cambio por las casas del centro del lugar, muy temprano los niños salían a jugar con los muchos regalos que les habían dejado junto a sus zapatos.
¿Por qué a nosotros no nos trajo nada el Niño Dios? Preguntaban los de aquel barrio.
Y la respuesta era la misma: ?Se portaron mal?.
¿Entonces los niños ricos, siempre se portan bien?
Los patines eran para las banquetas de cemento, no para las empedradas del barrio.
Las bicicletas lucían más brillantes sobre los andadores de la plaza.
Y los trenes eléctricos que veían de lejos, parecían un adorno más de las casas elegantes.
La mamá de aquel niño se las ingenió y fabricó las primeras muñecas para las hermanitas.
Su mayor problema fueron las caras, con sus ojos enormes y su boca roja.
Su papá fabricó para el niño un caballito de madera que de equino sólo tenía la cabeza de madera mientras que el resto del cuerpo era el viejo palo de una escoba.
Y aparecieron también los sueños y las ilusiones.
Del gran empaque de madera en que llegó algún mueble fue convertido en la cabina de un avión que subía al lavadero y luego invitaba a la hermana que tenía un año menor y ahí se iban a recorrer el mundo.
Por esos días, la radio presentaban un cuento de la época, y un señor que se ufanaba de saberlo todo, dijo que lo maravilloso de aquella caja llena de bulbos de donde salían música y voces, era en realidad una ciudad completa donde vivían pequeñísimos enanos, cuya misión en la vida era divertir, ya contando cuentos o cantándonos canciones de Cri-Cri.
El niño creció y se fue de su lugar natal, pero nunca olvidó sus orígenes añorando siempre el cariño con el que creció envuelto y sin olvidar los sueños y las ilusiones primeras que lo ayudaron en lo que haría después.