Pasó por esta vida imprimiendo a todos sus actos su singular personalidad.
Y en Cuencamé, Durango, donde nació y creció, se convirtió en todo un personaje.
De joven fue un destacado basquetbolista. Hugo Aguilera Orona recuerda aquellos torneos a los que iba a participar en la tierra de Pepe Fabela, que fue el nombre que tuvo y pocos conocían porque desde joven destacaron en él aparte de sus virtudes deportivas su espigada figura y sus largas piernas que le dieron su apodo.
Camino a la tierra natal un día quisimos comprobar las recomendaciones que nos hacía siempre don Roberto Rodríguez Cruz: ?Llegue con El Zancas, pruebe lo que sirve y verá que hará lo que yo, que cada vez que voy a mi tierra hago una escala técnica en el local de El Zancas para disfrutar lo que ofrece y para gozar de momentos inolvidables?.
Y un día lo hicimos. Tan impactados quedamos que aquí, en esta columna dominical lo consignamos hace ya varios años.
Seguimos visitando su lugar, y un día encontramos la columna en un marco, a la vista de todos. Así pasó el tiempo, llegábamos disfrutábamos de todo sin identificarnos, hasta que un domingo muy de mañana coincidimos en el sitio Luis Necochea que en gloria esté su alma. Él fue quien le dijo a El Zancas que éramos los que habíamos escrito lo que ahí estaba enmarcado y nació así una amistad muy especial.
Cuando hacíamos viajes a la capital del vecino Estado, mientras nacía EL SIGLO DE DURANGO, ahí llegamos siempre.
Conocimos de sus andanzas en el deporte, luego la política como candidato a presidente de su terruño y luego un hijo de él nos pidió le consiguiéramos una oportunidad en el Santos para probarse.
Y en cada visita gozábamos de sus ocurrencias, de su alegre carácter y de su especial y única forma de atender a su clientela, algo que aquí dijimos, pues si todos los restauranteros hicieran, tendrían gran éxito, pero esta cualidad sólo da el Señor a seres especiales.
Un accidente automovilístico lo postró en cama en estado inconsciente por muchos días y finalmente vino el deceso esta semana que se fue dejando no sólo un gran hueco en sus seres queridos.
Fue la anterior semana tan especial que no acabamos de reponernos porque en ella fallecieron también profesionistas en plenitud, compañeros nuestros en los estudios del Derecho, Javier Hinojosa Montejo y Fabián Salazar Ávila. Que el Señor no desampare ni olvide a sus seres queridos.