Insoportable está la onda cálida que azota nuestra región.
Muchísimos coinciden en que nunca antes se había sentido desde principios de mayo esta etapa infernal.
Y no es que con la edad uno vaya siendo más sensible a los fenómenos meteorológicos, porque los niños y los jóvenes también están en las mismas, sufriendo y muchos de ellos deshidratándose, lo que en los pequeños es serio y se les tiene que suministrar muchos líquidos para compensar lo que pierden.
Si vivimos en lo que podríamos llamar una nave especial, nada es estable ni mucho menos.
Hoy por ejemplo podemos hablar de tres fenómenos, entre otros, que influyen en los calores que padecemos.
Está primero ese sistema de alta presión que se va alargando conforme avanza mayo y promete continuar para los dos o tres meses siguientes.
Agregue usted el famoso fenómeno de “El Niño” que sigue siendo el gran enigma para los hombres de ciencia, y que provoca el calentamiento de los océanos, afectando la vida marina que en ella existe.
Y luego, algo muy grave, la hoy inmensa deforestación que tanto ha afectado nuestros bosques, y sobre todo nuestras sierras.
Hace 20 años, por ejemplo, cuando teníamos todavía mucha riqueza forestal, regiones de nuestro país eran llamadas privilegiadas por sus lluvias frecuentes y hoy casi han desaparecido.
Fue una verdadera sorpresa que la noche del miércoles, para amanecer el jueves, la lluvia por fin apareciera aquí.
Antes, el día de San Isidro, que es el 15 de mayo, lo celebrábamos entre la lluvia. Hace tiempo que no, mucho menos éste que acaba de pasar.
La tala inmoderada de nuestros bosques y sierras está influyendo en los cambios climatológicos más allá de lo que podemos imaginar.
Usted recuerde su niñez, llena de plantas y árboles, y de tardes de lluvia y alegría. Todo ha ido desapareciendo.
Aquí muy cerca, en Ciudad Lerdo, Dgo. Gozamos de sus huertas y de sus frutas. Volvíamos a Torreón en tranvía cargados de bolsas de higos, peras y membrillos. Hoy a Lerdo sólo vamos a gozar de un poco de fresco y su nieve.
Cuidemos los pocos árboles que quedan y plantemos más. Se necesitan campañas ecológicas mejor llevadas y atendidas. Debemos decirle a la nueva generación que algo debemos hacer, antes de que el destino nos alcance.