Una vedette le cuenta a otra: "-Al empezar mi carrera aseguré mi busto en un millón de pesos''. "-¿De veras? -exclama la otra-. ¿Y qué hiciste con el dinero del seguro?''... Decía el recién casado hablando de su flamante mujercita: "-En la noche de bodas estaba cansadísima. Al segundo ya estaba dormida''... El padre Arsilio amonestaba con paternal solicitud a las parejas de novios que se iban a casar. "-Y recuerden, hijos -les dice-, que lo mejor en el matrimonio es la fidelidad''. Desde el fondo pregunta una voz: "-¿Y qué es lo segundo mejor, padre?''... La muchacha de la vida alegre le comenta a su cliente: "-Mi bisabuela fue maestra; maestra fue mi abuela y también es maestra mi mamá''. "-Caramba -se consterna el hombre-. ¿Y cómo fue que tú llegaste a esto?''. Responde la muchacha: "-Pura suerte''... Una viejita entró por curiosidad en el casino de juegos del hotel. Puso un montón de monedas en el tapete verde de la ruleta y ganó. Al entregarle el croupier el dinero le dice la viejita: "-El juego es malo, joven. A ver si esto le sirve de lección''... Cierto individuo llamó por teléfono a una casa que enviaba a domicilio "artículos para caballeros''. "-Mándenme una muchacha a mi casa -solicita-. Pero quiero la más flaca y fea mujer que puedan conseguir''. Una hora después llegó la fulana. Era los puros huesos; parecía un esqueleto descarnado. Y más fea que un coche por abajo. "-Vamos a la recámara'' -le dice el sujeto-. La fulana obedece. Ya en la alcoba le ordena el tipo: "-Desvístete''. Ella se despoja de su ropa. Entonces el individuo sale y a poco regresa con un perro. "-Mira, Fido -le dice al animal-. Si no te gustan las croquetas tendrás que comerte esto''... Le cuenta un granjero a otro: "-A mi mula le sucede algo. A veces cojea y a veces no. ¿Qué me aconsejas que haga?''. Responde el otro: "-Cuando no cojee, véndela''... Le pregunta el doctor a la enfermera que le tomaba la temperatura a un paciente. "-¿Es alta la fiebre?''. Responde la muchacha viendo el termómetro: "-Yo creo que sí, doctor. Aquí dice: `Continúa en el próximo termómetro'''... Dos artistas de cine se jactaban de su origen familiar. Dice uno: "-Yo nací en sábanas de seda''. "-Yo también'' -replica el otro-. "-Sí, -concede el primero-. Pero mis sábanas no tenían el nombre de un motel''... Casáronse Castalia y Pititillo. Ella, muchacha llena de virtudes, había guardado para el matrimonio la flor de su nunca tangida doncellez. Pititillo era un muchacho poco dotado por la Naturaleza, que tan avara se muestra a veces con sus hijos en partes donde debía ser más generosa. Empieza la noche nupcial. Ella se despoja de la parte superior de su atavío nupcial y dice mostrando la doble gala galáctica del pecho: "-Mira: esto nadie lo ha visto jamás''. Se despoja después de lo demás; muestra el lugar donde la espalda acababa -no era el cuello- y dice de nuevo: "-Mira: esto nadie lo ha visto jamás''. Por último, en supremo abandono del cándido pudor, ofrece el resto de sus atributos a la anhelosa vista de su esposo. "-Mira -le dice otra vez-. Esto nadie lo ha visto jamás''. Entonces Pititillo desata con elegante ademán las cintas que le ceñían la bata y la deja caer a sus pies al tiempo que decía: "-Y tú también, amada, mira. Esto nadie lo ha visto jamás''. Entrecerrando los ojos como hacen los miopes responde Castalia: "-Y me lo explico. Yo misma estoy batallando para verlo''... FIN.
