Torreón Acoso escolar Torreón Agua Saludable Sistema Vial Abastos-Independencia Virgen de Guadalupe

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

POR ARMANDO CAMORRA

Viajó un mexicano a la Argentina, y en Buenos Aires visitó una casa de mala nota. Alguien le había recomendado ese establecimiento porque la dueña del negocio se jactaba de que sus pupilas podían satisfacer cualquier demanda que un cliente les planteara, por exótica, peregrina o insólita que la demanda fuera, y aunque tocara los últimos extremos de la perversión. Llegó, pues, el mexicano, requirió los servicios de una furcia y le dijo al oído su solicitud. "-No, che pibe- respondió la pindonga-. Eso no". La madama escuchó la negativa y le envió al visitante otra fulana, más liberal y con mayor sentido de aventura. La perendeca supo lo que quería el mexicano y rechazó de plano su pedido. Preocupada por el buen nombre de su casa la madama le llevó al extraño cliente una tercera furcia, la mejor entre todas, la más consumada y experta pecatriz. De la boca de esta sapiente maturranga jamás había salido, nunca, un no. Ni el conde Donatien Alphonse Francois, el famosísimo marqués de Sade, pudo haber imaginado lo que esta cortesana era capaz de hacer si había dinero de por medio. El mexicano le planteó en voz baja su petición. Al escuchar la petición la hetaira prorrumpió en una sarta de injurias, vituperios, insultos e invectivas, catálogo completo de los más sonorosos denuestos del lunfardo. Acudió la madama a la carrera, y llevándose aparte a la exaltada ninfa le preguntó angustiada: "-¿Qué pasa, Mesalinia? ¿Que te pidió el mexicano?". Exclama hecha una furia la callonca: "-¡El pelotudo me preguntó lo mismo que a las otras! ¡Que si podía pagarme en pesos argentinos!"... El odontólogo se dispuso a iniciar el trabajo dental en su paciente, una hermosa muchacha curvilínea, que estaba ya sentada en el sillón. En el momento en que le iba a pedir que abriera la boquita el médico sintió que una mano le llegaba por abajo y lo tomaba fuertemente por los compañones, dídimos, testes o tlalayotes. (Así también, con este feo vulgarismo procedente del náhuatl, se llaman los testículos). Asombrado, el dentista se dio cuenta de que era la muchacha, su paciente, quien lo tenía cogido por esa sensible parte de su anatomía. Antes de que pudiera inquirir la causa de aquella inaudita acción la chica se dirige a él y le pregunta con dulce voz, y sin soltarlo: "-¿Verdad, doctor, que los dos vamos a procurar no hacernos daño?"... Dos mexicanos trabajaban en Cabo Cañaveral, Florida, el sitio de donde parten los cohetes espaciales. Desempeñaban un cargo inscrito en el organigrama de la NASA con el nombre de "Broom Consultants", lo cual quiere decir que eran barrenderos. Cierto día, terminada su faena, estaban en la caseta donde guardaban sus implementos de trabajo. Uno de ellos sacó una botella de tequila y escanció dos copas. Luego mostró un frasquito. "-Es combustible del que usan los cohetes -dice a su compañero-. ¿Qué te parece si les ponemos unas gotitas a los tragos? Seguramente agarrarán más fuerza". Pregunta el otro, inquieto: "-¿No nos hará daño, tú?". "-¡Qué daño nos va hacer! -se burla el primero-. No es más que gasolina un poco más fuerte. Probemos". Así lo hicieron: le pusieron a cada copa tres gotas de la mixtión aquella, y después de beber su copa se fueron los dos muy contentos a sus respectivas casas. Media hora después suena el teléfono de uno de los mexicanos. Era el otro quien llamaba. "-¿Te hizo algún efecto la copa?" -pregunta. "-Ninguno absolutamen-te" -responde el amigo. "-A mí me hizo un efecto tremendo -dice el otro-. Me tiré una ventosidad". "-Oye -se extraña el compañero-. Una ventosidad no es un tremendo efecto". "-En este caso sí -replica el otro-. Te estoy hablando desde Los Ángeles California"... FIN.

Leer más de Torreón

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 17908

elsiglo.mx