Por CATÓN.
Bien quisiera el escribidor no tener que ocuparse tanto de nuestro embotado Presidente. (Digo "embotado" por las botas). El escribidor posee ánimo benévolo; si no temiera pecar de jactancioso diría que su actitud tira a lo franciscano. Pero sucede que casi todos los días don Vicente se pone de pechito, si me es permitida esa expresión vulgar que contrasta con el tono ático de mis artículos. Declaró Fox que no hay crisis en el campo. ¡Bendito sea Dios! Todos estábamos equivocados, incluso los millones de campesinos que viven con ingresos de 30 dólares al mes. Viene a mi mente un demagogo norteamericano, editor de un pequeño periódico en Dakota del Sur allá por los últimos años del siglo diecinueve. Los ganaderos de ese Estado veían morir de hambre a sus reses, pues una larga sequía había acabado con los pastizales. El periodista que digo les sugirió alimentar a sus animales con recortes de papel periódico, poniéndoles antes a las vacas lentes verdes para que creyeran que lo que estaban comiendo era hierbita. Tan irrisible mistificador se llamaba L. Frank Baum, y es el autor de "El mago de Oz", aquel cuento que Judy Garland hizo famoso en la pantalla. ¿Acaso Fox pretende ponernos unos anteojos similares, o alguien se los puso a él? No sólo hay crisis en el campo: prácticamente el campo no existe ya como sector de producción. Los logros en el ramo agropecuario provienen de los particulares, y muchos ejidos valen ya solamente como tierras para rentarlas o venderlas. De eso no tiene Fox la culpa, claro, sino el nefasto sistema establecido por Tata Lázaro y continuado a base de corrupción, burocratismo y demagogia por los llamados regímenes revolucionarios. Lo malo es que esas lacras asoman nuevamente la cabeza en el Gobierno que pregona el cambio. El subsidio al diesel anunciado por el secretario Usabiaga es un ejemplo de eso. Para que los campesinos tengan derecho a recibir diesel barato deberán llenar un formulario que se contrastará con un padrón de los productores agrícolas en el cual se especificarán los litros de diesel en relación con las hectáreas cultivadas. El campesino tendrá que comprobar la propiedad de sus tierras y de la maquinaria para la cual solicita el combustible subsidiado. Una vez aprobada su solicitud cada productor recibirá una "tarjeta inteligente" con un chip que se recargará en cada nueva temporada agrícola. ¿Pueden imaginar mis cuatro lectores el costo en tiempo y dinero de todas esas operaciones, la burocracia a que darán lugar y las prácticas irregulares -consustanciales de todo subsidio- que habrá de originar esta medida, tan populista como aquellas que los adalides del cambio tanto reprobaban? Hay crisis en el campo, que ni duda. Y el hecho de que el señor Presidente no la advierta o trate de negarla es más crítico aún, y más criticable... Llegó un individuo a la cantina. Llevaba con él a un pulpo. "-Es un genio musical -anuncia a los parroquianos-. Toca todos los instrumentos. Si alguien trae uno que mi pulpo no pueda tocar le daré 5 mil pesos". El cantinero abrió el piano del establecimiento. El pulpo tocó la Polonesa Heroica de Chopin. Alguien trajo un violín. El pulpo tocó un Capricho de Paganini. Otro consiguió una trompeta. El pulpo interpretó "Sleepy lagoon" a la manera de Harry James. Trajeron un trombón, una tuba, un acordeón, un contrabajo, una flauta, una marimba... Todos los instrumentos los tocó el octópodo a la perfección. Finalmente alguien llegó con una gaita escocesa. El pulpo nomás se le quedó viendo a la gaita. "-¿No puedes tocarla?" -se preocupó su dueño. "-¿Tocarla? -exclama el cefalópodo-. ¡Estoy esperando que se quite la piyama para follármela!"... FIN.