Torreón Acoso escolar Torreón Agua Saludable Sistema Vial Abastos-Independencia Virgen de Guadalupe

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

POR ARMANDO CAMORRA

Babalucas iba a ir a la ciudad y quiso aprovechar el viaje para divertirse. Le recomienda uno de sus amigos: "-Hay una casa de mala nota muy buena. Es nueva; está en las afueras de la ciudad. Dile al taxista que te lleve a ‘Las glorias de Afrodita'''. Pocos días después regresa Babalucas. "-¿Fuiste a donde te dije?'' -le pregunta el amigo-. "-Sí'' -responde el tonto roque-. "-¿Y cómo te fue?'' -quiere saber el otro-. "-Mal -contesta muy disgustado Babalucas-. Toda la noche me la pasé afuera''. "-¿Por qué?'' -se asombra el amigo-. Explica el badulaque: "-Nunca cambió la luz roja que tienen en la puerta''... Pipo Lanarts, crítico de arte, está feliz. Tal sentimiento -el de la felicidad- es algo que los críticos rara vez experimentan: lo suyo es la acrimonia, el desabrimiento, el rigor corrosivo y destemplado, la acidez. No corresponde a Pipo ese talante. Él gusta de alabar lo bueno, y usa sólo el silencio como tácita forma de reprobación. Se enteró Pipo Lanarts de que la actriz mexicana Salma Hayek ha sido nominada para recibir un Óscar. Eso equivale, claro, a una candidatura. (El verbo "nominar", según define la última edición del diccionario de la Academia, significa: "Presentar o proponer a alguien para un premio"). Tal nominación nos alegra, igual que las demás que avalan la calidad del nuevo cine mexicano: la de "El crimen del padre Amaro" como mejor película extranjera y la de "Y tu mamá también" en la categoría de mejor guión original. El hecho mismo de haber sido nominados es ya un importante premio para Hayek y los demás cineastas nuestros. Aun cuando ninguno de ellos obtuviera el premio todos están ya consagrados. Eso es gran privilegio, pero también entraña grande responsabilidad: la de hacer que cada una de sus obras sea mejor que la anterior. Por ahora estos magníficos artistas mexicanos han conseguido demostrar que la calidad rinde frutos incluso en el campo de lo comercial... Había en la aduana celestial una enorme fila de almas. La cola para entrar en el Cielo era tan larga que se perdía entre las nubes. Tres, cuatro, cinco horas debía esperar cada alma antes de llegar a revisión. La gente estaba ya desesperada; había conflictos porque algunos se salían de la fila para tomar una posición más adelantada. Aquello era un mayúsculo problema. De pronto, ante la alegría general, la cola empezó a moverse con gran celeridad. En cuestión de minutos avanzó la fila, y el paso se volvió expedito y rápido. "-¿Qué sucede? -le pregunta una alma a otra-. ¿Por qué avanzamos ahora tan aprisa?''. Responde la segunda: "-Parece que ya no están revisando el sexto ni el noveno''... ¡Qué barbaridad! Aludía al sexto y noveno Mandamientos, ambos relacionados con las cuestiones de la carne. Por eso una copla oaxaqueña del siglo dieciocho dice esto: "Si no se quita el noveno, / y el sexto no se rebaja, / ya podrá Diosito bueno / llenar su Cielo con paja''... Por primera vez viajaba en tren don Poseidón, labriego acomodado. En el carro pullman le tocó pasar la noche en litera alta. En medio de la noche sintió ganas de hacer una necesidad menor. Medio dormido, pensando que estaba en su cama bajó la mano para buscar la "nica'', también llamada "taza de noche'' o "'tibor''. En vez de hallarlo tomó por cierta parte al caballero que dormía abajo, el cual despertó lleno de sobresalto. "-¡Viejo cochino! -protesta airadamente-. ¡Quite la mano de ahí!''. "-Perdone, señor -se disculpa lleno de azoro don Poseidón-. Es que quiero hacer del uno''. "-¡Pos haga con lo suyo!'' -replica justamente indignado el caballero-... FIN.

Leer más de Torreón

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 20038

elsiglo.mx