Lord Feebledick tenía sospechas muy fundadas acerca de la fidelidad de su mujer, lady Loosebloo-mers. Le dice a su chofer: “-Apostaría cualquier cosa, Wellhanged, a que mi esposa y usted tienen una relación de carácter sexual”. “-De ninguna manera, milord” -responde el otro-. Pregunta lord Feebledick: “-¿Quiere decir que no se entienden?”. “-No, milord -aclara el tal Wellhanged-. De ninguna manera acepto la apuesta, porque sé que la voy a perder”... Principia la noche de bodas. Tímida, ruborosa, murmura la recién casada a su flamante maridito: “-Vehementino: toda mi vida he guardado para ti mi virginidad, mi recato, mi pureza, mi doncellez, mi pudor...”. “-Te lo agradezco mucho, Dulcilí -interrumpe él-. Pero disponte ahora a gastar los ahorros de tu vida”... Babalucas, claro, era fumador. Un amigo le advierte: “-Se hizo un experimento con ratones, y la nicotina del cigarrillo les provocó cáncer”. “-Posiblemente, -acepta Babalucas-. Pero yo pongo los cigarros donde no los puedan alcanzar”... Le dice un amigo a don Algón: “-Supe que tienes nueva secretaria. ¿Has intentado algo con ella?”. “-Me da miedo -responde don Algón-. Se llama Concepción Segura”... En medio del acto del amor el señor deja la cama, va a la sala, trae un ramo de flores y lo deposita con reverencia sobre el cuerpo de su asombrada esposa. “-¿Por qué haces eso?” -pregunta la mujer-. “-¡Ah, perdona! -dice el tipo-. Es que creí que estabas muerta”... Don Usurino, avaro mexicano, fue a Las Vegas. Iba de invitado, con todos los gastos por cuenta de un amigo, por eso aceptó ir. Llega a donde se jugaba y coloca una moneda de un Peso sobre el tapete verde. “-Disculpe, señor -le dice el croupier-. No acostumbramos apostar esa clase de dinero”. “-Muy bien, muchacho -responde don Usurino-. Toma lo que acostumbren apostar y dame el cambio”... Llegó un joven contador a pedir empleo en la Tesorería General de la República, el Gobierno, la Sociedad y la Nación. Lo recibió el titular de la importante dependencia, junto con el subdirector. Tras enterarse de los deseos del muchacho le dice: “-Veamos, joven. Le pondré un pequeño examen. ¿Cuántas son 7 por 9?”. “-63” -responde el aspirante-. El jefe se vuelve hacia su segundo. “-Tenías razón -le dice-. Son 63”... Va un señor al manicomio. “-Perdone usted -interroga al guardia-. ¿Se les escapó ayer alguno de los locos?”. “-No, -responde el custodio-. ¿Por qué hace la pregunta?”. Contesta el señor: “-Mi esposa se fugó con un sujeto, y todavía no puedo entender eso”... Don Astasio llevó a su esposa Facilisa a ver el nuevo departamento que le había comprado. “-Me parece demasiado bajo el closet” -objeta ella-. “-Señora -replica el vendedor-. Es la altura standard de los closets”. “-Será -concede ella-. Pero yo tengo amigos más altos”... Himenia Camafría, madura señorita soltera, se acerca al guapo boy scout y le pregunta con insinuante voz: “-Dime, joven. ¿Ya hiciste tu buena obra del día?”... “-¡Y ahora, damas y caballeros -anuncia grandilocuente el maestro de ceremonias-, voy a dar a conocer el nombre de la Mujer del Año!”. “-Pongan atención -les dice una señora a sus amigas en la mesa-. Puede ser cualquiera de nosotras”. “-Es una mujer brillante -empieza a describir el locutor-. Audaz, moderna, emprendedora”. “-¡Les digo! -repite ansiosamente la señora-. ¡Puede ser alguna de nosotras!”. “-Pero además -sigue el anunciador-, es madre amantísima y esposa fiel”. Y dice la señora: “-Vaya, ¿entonces quién será?”... FIN.