Sor Bette, monja profesa, pasó a mejor vida en flor de edad. Llegó al Cielo, pero San Pedro no la esperaba pues su muerte fue algo prematura. Le dijo: "-No tengo cuarto para ti. Tendrás que volver a la Tierra y pasar ahí unos días". "-¿Puedo regresar a mi convento?" -inquiere la monjita. "-No -replica San Pedro-. Para tus hermanas en religión tú ya estás en el Cielo. Ve al mundo. Llámame en una semana a ver si ya tengo lista tu habitación". Una semana después llama sor Bette. Le dice muy atribulada a San Pedro: "-Tengo una confesión que hacer. Ayer fumé mi primer cigarrillo. ¿Perderé por eso el Cielo?". "-No -dice San Pedro-. Sin embargo todavía no tengo tu cuarto. Llama otra vez la próxima semana". Transcurren los siete días y llama sor Bette: "-Tengo otra confesión que hacer -dice contrita a San Pedro-. Anoche bebí mi primera copa. ¿Perderé por eso el Cielo?". Responde el portero celestial: "-No. Pero aún no tengo tu cuarto. Vuelve a llamar en unos días". Llama otra vez sor Bette. Dice a San Pedro: "-Tengo otra confesión que hacer. Ayer besé por primera vez a un hombre. ¿Perderé por eso el Cielo?". "-No -dice San Pedro-. Pero todavía no tengo tu cuarto. Llama en una semana más". Al día siguiente suena el teléfono en la portería de San Pedro. "-¿Eres Pete? -pregunta una alegre voz-. Habla Betty. ¡Olvídate del cuarto!"... Junto a las críticas adversas que suelen ser materia prima usual de un columnista, toca a éste el deber de señalar igualmente lo bueno que advierte en sus tareas de observador. Hace unos días tuve ocasión de cambiar impresiones con secretarios de Educación de diversos estados del País. Desde luego pude notar en ellos una formación cultural sólida y un elevado nivel profesional. Tal se diría que los responsables de la educación son ahora escogidos conforme a criterios de eficacia, y no atendiendo a motivaciones de política. Caracteriza a esos funcionarios un pluralismo interesante, pues pertenecen a diversos partidos. A todos, sin embargo, los identifica un propósito común, y hay entre ellos amistosa camaradería y sentido de pertenencia a un equipo. Participan en reuniones periódicas frecuentes a las que convoca el titular del ramo, doctor Reyes Tamez, y en esos encuentros deliberan sobre los temas que atañen a la educación de los niños y jóvenes de México. La colegialidad informal que así se establece propicia la toma de decisiones por consenso, lo cual suple con ventaja la antigua obediencia pasiva a consignas emanadas de un centralismo autoritario. Eso favorece considerablemente la causa educativa, como se observa en los resultados de una encuesta que tuve a la vista, elaborada por la Oficina de la Presidencia para la Innovación Gubernamental. Según esa encuesta ha aumentado sensiblemente la calificación que otorgan los encuestados a la SEP, tanto en la población en general como en usuarios específicos de sus servicios, lo mismo que en dependencias y entidades de la administración pública federal. La educación es factor principalísimo del progreso social. La aplicación de principios del trato democrático entre autoridades y funcionarios educativos, y entre éstos y los maestros y padres de familia, es factor que ciertamente está coadyuvando a mejorar la educación en el País... Tres amigos hablaban de cosas íntimas. Relata el primero: "-Cuando le hago el amor a mi mujer le canto al oído. Eso la vuelve loca". Comenta el segundo: "-Cuando le hago el amor a mi mujer le doy pequeños mordiscos en la oreja. Eso la vuelve loca". Dice el tercero: "-Cuando le hago el amor a mi mujer, al terminar me seco el sudor en las cortinas. Eso la vuelve loca"... FIN.
