Llegó la señora de un viaje, y su hijito le preguntó al entrar: "-¿Verdad, mami, que Caperucita Roja no se pinta la cara, ni usa ropa interior de encaje negro, ni lleva medias de malla con liguero?". "-No, hijito -responde la señora desconcertada por la extraña pregunta-. Caperucita Roja usa un vestidito rojo y una capita del mismo color, y lleva una capuchita también roja". "-¡Lo ves, papi! -le dice el niño entonces con acento de triunfo a su papá-. ¡Te digo que la muchacha que vi en tu cuarto cuando no estaba mi mamá no era Caperucita Roja!"... Capronio, ruin sujeto, les cuenta a sus amigos: "-Para mejorar el aspecto de su tez mi suegra se pone todos los días una máscara de lodo negro mezclado con una crema amarillenta y trozos de hongos de color morado". Pregunta uno de los amigos con curiosidad: "-Y esa máscara ¿le mejora el aspecto?". "-Sí -contesta Capronio-. Mientras la tiene puesta"... He aquí un cuentecito muy tierno. El niño gangosito le pide a su papá: "-Fafi, llégame al cigco". "-¿Al circo? -repite el papá-. Te llevaré al Atayde". "-Anque gea a la noche -dice el pequeño gangosito-. pego llégame"... Jugaba un partido de futbol el equipo de los elefantes contra el de las hormiguitas. En un apretado lance uno de los elefantes mata de un pisotón a una hormiguita. El árbitro llega corriendo y le saca al elefante la tarjeta roja. "-¡Expulsado!" -le indica con energía. "-¡Cómo que expulsado! -protesta el paquidermo-. ¡¿No viste el codazo que me dio?!"... Aquel club de nudistas formado exclusivamente por mujeres decidió recibir entre ellas a un varón. Alguien le preguntó a la presidenta cómo le había ido al recién llegado. "-Bien -contesta ella-. Pero el primer día estuvo duro". (No le entendí)... Deseo sugerir la creación de un fanatismo de centro. Hay fanatismos de izquierda y fanatismos de derecha, pero las actitudes centristas suelen tener una ecléctica tibieza que acaba por diluirse en agua de borrajas. La posición de centro que propugno es aquella Aurea mediocritas de los antiguos, que de ningún modo aconsejaban mediocridad o medianía, sino buscar el justo medio entre las cosas de modo de conseguir en ellas equilibrio. Así mi fanatismo de centro: consistiría en practicar hasta las últimas consecuencias esa virtud llamada tolerancia, que implica respetar las ideas y costumbres de los demás aun cuando sean contrarias a las nuestras. Podemos unirnos los humanos en torno de lo que nos es común, y dejar aparte nuestras diferencias. Mamá Lata, sapientísima mujer, abuela mía, hizo en cierta ocasión un comentario a propósito de una nieta suya, bajita ella, que se iba a casar con un muchacho muy alto de estatura. A quienes comentaban lo desigual de la pareja ella les respondía: "Con que los centros se junten aunque los holanes cuelguen". Digo todo esto a propósito de la declaración que hizo un señor de nombre Víctor Echeverría Valenzuela, quien sin ninguna evidencia que lo apoye se dice maestro, dirigente de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación del Estado de Guerrero. Este barbárico caballero declaró sin ambages que los libros de la Guía de Padres, editados por Marta Sahagún de Fox, serán quemados en un gran acto de cuya celebración informará oportunamente. Añadió que tales libros constituyen "un insulto a las libertades religiosas, políticas, y hasta sexuales de los mexicanos". Mayor insulto a la libertad y a la inteligencia es esa estúpida idea de quemar libros. A fin de no quemarse él mismo debería guardar silencio el desbocado líder. Y ya no digo más, porque estoy muy encaboronado... FIN.
MIRADOR.