A la prima Celia Rima, versificadora municipal, se le ocurrió un simpático epigrama cuando se enteró de que el Presidente canceló a última hora la visita que había anunciado a Saltillo, mi ciudad. He aquí ese comentario sobre Fox: "Tiene una suerte fatal, / pero explicarla es sencillo: / ¿cómo puede ir a Saltillo / si se ha portado tan mal?"... Voceros oficiales informaron que esa cancelación presidencial se debió al asunto de la guerra de Estados Unidos con Iraq. Ardua cuestión es esa sobre la cual el Gobierno mexicano aún no ha tomado su determinación definitiva, al decir de Adolfo Aguilar Zinser, representante de México en la ONU. Yo pienso que ese voto se emitirá según se tomen en cuenta consideraciones de corto o largo plazo. Si las primeras, las de corto plazo, influyen más en la voluntad de quien tomará la decisión, el voto mexicano será favorable a la posición de Estados Unidos. Y nadie podrá condenar ese voto, pues se habrá tenido en mente el interés de México en su relación con el poderosísimo vecino, a fin de evitar las ingratas consecuencias de todo orden que una negativa mexicana acarrearía a la Nación y a los millones de mexicanos cuya suerte depende del país del Norte. En cambio, si se considera el largo plazo el voto será contrario al Tío Sam. Y nadie podrá tampoco reprobar tal voto, a pesar de sus consecuencias, pues se habrán tenido a la vista principios importantes para el bien de la humanidad y del planeta en que vivimos. Esos principios son de orden ético, y atañen a cuestiones trascendentes que van mucho más allá que las coyunturas inmediatas. El Presidente Fox, entonces, deberá elegir cualquiera de los dos extremos. Una abstención a nadie daría gusto. Las dos opciones son válidas -la de corto o largo plazo-, y ambas se pueden defender con argumentos sólidos. Sea cual fuere la determinación final del Presidente hemos de estar con él y darle apoyo. Porque parece que la Oposición está al acecho, lista para atacar a Fox sea cual fuere la decisión que tome. Ojalá el Presidente escuche muchas voces de gente calificada antes de dar sus instrucciones a nuestra representación en la ONU... Le pregunta una señora a otra: "-Sabías que se casa Rutilita con Pitoncio?". "-¿Con Pitoncio? -se asombra la amiga-. ¿Ese individuo grandote, tosco, rudo? ¿Pues dónde tiene el gusto Rutilita?". Contesta la otra señora: "-Supongo que en el mismo lugar donde lo tenemos todas"... Pirulina se estaba confesando con el padre Arsilio. "-Me acuso, padre -dice- de haberle entregado a mi novio el más íntimo tesoro de mi femineidad". (Ya se ve que a Pirulina le gustaban los circunloquios). "-¿Por qué hiciste eso, hija?" -pregunta con paternal solicitud el sacerdote. Responde Pirulina: "-Es que soy muy frúgil". "-Frágil, hija, frágil -la corrige el padre Arsilio-. ¿Qué otros pecados tienes?". Prosigue Pirulina: "-También le dí el tesoro antes mencionado a un agente viajero que pasó por el pueblo". "-¡Qué barbaridad! -se consterna el confesor-. Y eso ¿por qué lo hiciste?". "-Ya se lo dije, padre -contesta Pirulina-. Es que soy muy frúgil". "-Frágil, hija, frágil -vuelve a corregirla el sacerdote-. ¿Qué más?". Continúa Pirulina: "-Igualmente compartí el dicho tesoro con un pasante de Medicina que está haciendo aquí su servicio social". "-¡Mano Poderosa! -profiere el padre Arsilio ya francamente escandalizado-. Y eso ¿por qué lo hiciste?". Responde Pirulina: "-Ya se lo dije, padre. Es que soy muy... muy... ¿cuál dijo que es la palabra que me corresponde?". "-Mira, hija -responde con infinita paciencia el padre Arsilio-. Si yo cambiara las vocales como las cambias tú, esa palabra sería 'pata'"... FIN.