"-'!Mami, mami! -gime el pequeñito echándose en brazos de su madre-. ¡Los niños de la escuela dicen que soy muy narizón!''. "-No es que sea narizón m'hijito -lo consuela con gran ternura la señora-. Lo que sucede es que tiene su carita muy atrás''... Un joven recibió el llamado del Ejército para presentarse a hacer su servicio militar. Se le pidió una muestra de laboratorio a fin de hacerle el examen médico correspondiente. Tratando de evadir el cumplimiento de su obligación el muchacho puso en el frasquito muestras de su papá, su mamá, su hermana y su perrita. Al día siguiente le llega un telegrama: "-Su papá tiene diabetes, su mamá tiene ácido úrico, su hermana está embarazada, su perrita está en celo y usted está en el ejército''... Hoy y mañana saldrán muchos vacacionistas a las carreteras del país. No voy a repetir las usuales recomendaciones para viajar con seguridad en automóvil: cerciorarse del buen estado del vehículo, especialmente sus frenos, sus luces y sus llantas; usar invariablemente el cinturón de seguridad, no sólo el conductor, sino todos sus acompañantes cuyos asientos dispongan de ese indispensable recurso salvador; no manejar si se han consumido bebidas alcohólicas, si se siente fatiga o sueño; conducir con precaución, obedeciendo las señales y evitando absolutamente el exceso de velocidad; no rebasar en curva; si hay necesidad de detenerse a la orilla de la carretera colocar señales de advertencia, etcétera. Voy a recomendar, sí, otra medida de seguridad que últimamente están aconsejando mucho los expertos: encender las luces del automóvil. No solamente los "cuartitos'', como se les llama a los pequeños focos preventivos, sino la luz baja. Siempre hay elementos de distracción al conducir por carretera: el estéreo, el encendedor, etcétera. En los días de las vacaciones esos elementos se multiplican: los niños que van moviéndose y jugando, la conversación, el mapa carretero. Para llamar la atención del conductor que viene nada mejor que llevar prendidos los faros de nuestro vehículo. Eso avisará desde lejos nuestra presencia en la carretera, y constituirá otro medio de evitar percances. No hay que escatimar ningún recurso para aumentar nuestra seguridad, la de nuestra familia y nuestro prójimo, en esta temporada en que se multiplican los viajeros... El señor oyó decir que su vecino tenía una terrible jaqueca. Va a buscarlo y le pregunta: "-¿Cómo está tu dolor de cabeza?''. "-Salió con los niños'' -contesta el tipo-... En la clase de catecismo el señor cura quería tratarles a los niños el tema del cielo. "-A ver, pequeños -les pregunta-. ¿Cuál es ese lugar maravilloso lleno de grandes hermosuras en el que seremos inmensamente felices y al que todos iremos si nos portamos bien?''. "-¡Disneylandia!'' -gritan a coro los chiquillos-... "Á ¡Por favor! -suena una angustiada voz en el teléfono de la policía-. ¡Manden rápido una patrulla a la esquina de Álamo y Nogal! ¡Un gato acaba de maullar en la ventana!''. "-¡Óigame! -se enoja el oficial que recibió la llamada-. ¡No vamos a mandar una patrulla nomás porque maulló un gato!''. "-¡Mándela por favor, y pronto! -insiste la voz desesperadamente-. ¡Soy el perico y estoy solo!''... FIN.
