Doña Tebaida Tridua, ya se sabe, es la encargada de velar por la conservación de "altos estándares morales" en la sociedad. ¿Quién le dio tal encomienda? Ella misma se la atribuyó. La trascendente misión que lleva a cuestas la pone en la penosa precisión de leer esta columnejilla a fin de censurar su contenido. Así las cosas, la Presidenta Ad Vitam Interina de la Pía Sociedad de Sociedades Pías, en oficio fechado el día de ayer (Of.23678912035-2 FGTWL 4590), emitió una prevención a fin de vedar, prohibir, impedir, denegar y proscribir la publicación del chiste que en seguida viene. El título de ese chascarrillo parece nombre de cuadro para una exposición. Se llama "Sueños 3". Si lo publico no es para desafiar -necia soberbia- el veto de aquella ilustre dama, señora de todos mis respetos. Es para salir por los fueros de la libertad. Por ella -por la libertad, no por doña Tebaida Tridua- "el hombre debe aventurar la vida". La frase no es mía (qué más quisiera yo!); es de Cervantes, admiradísimo colega. Va, pues, el dicho cuento. Léanlo mis cuatro lectores a su riesgo... Tres matrimonios viajaron a Las Vegas, y pasaron ahí una semana. De regreso a casa los maridos dejaron pasar algunos días y luego se reunieron a comentar sus respectivas experiencias. "-No vuelvo a ir a Las Vegas -dice uno-. Mi señora se dedicó a jugar dados. Ahora todas las noches grita en sueños: '¡Seven eleven! ¡Seven eleven!'. Y yo me la paso en vela sin poder dormir". Dice el segundo: "-Tampoco yo vuelvo a Las Vegas. Mi señora no hizo más que jugar a la ruleta. Ahora se pasa las noches gritando en sueños: '-¡Catorce rojo! ¡Veinticuatro negro! Y yo no pego los ojos ni un minuto". Dice el tercero: "-A mí me fue peor. Tampoco vuelvo a ir a Las Vegas. Mi señora se la pasó en las maquinitas, ésas que les echan una moneda y les jalan después una palanca. Ahora todas las mañanas amanezco con lo de adelante hinchado y lo de atrás lleno de monedas". (No le entendí)... Una cosa está clara en esa oscuridad que es hoy por hoy el Comité Ejecutivo Nacional del PRI: no hay liderazgo. En lo relativo a la lista de candidatos a diputados plurinominales por el PRI se notó una absoluta falta de autoridad, y todo se hizo en forma tan desaseada, tan llena de embrollos y jaloneos, que la cuestión llegó hasta lo risible y enconó las ya inocultables pugnas que dividen a las cúpulas priistas. Ahí todos hacen lo que les da la gana, se enmiendan la plana unos a otros, y aun se exhiben en los medios masivos igual que si pertenecieran a partidos enfrentados entre sí. No hay coordinación ni espíritu de grupo. Cada quien parece estirar para su lado y llevar agua a su molino. Por eso yo no soy molino, porque no me gusta que nadie me lleve agua o -peor aún- me estire para su lado... El viajero conoció en el tren a una atractiva dama. A poco ya estaban ambos en el camerino de la mujer entregados a un candente trance de pasional amor. Al terminar la acción ella se echó a llorar: "-¡Mi marido, tan bueno que es conmigo, y yo haciendo esto! ¡No tengo perdón de Dios!". A pesar de su arrepentimiento él la convenció de bisar aquel deliquio. Acabado el segundo trance fue el hombre el que se echó a llorar. "-¡Mi mujer es una santa, y yo un indigno pecador!". Cuando el viaje terminó se despidieron los adulterinos amadores. Al día siguiente el hombre le contó a un amigo lo que le había pasado. "-¡Qué barbaridad! -exclama el amigo-. Y ¿qué sucedió al final?". "-Nada -responde el tipo-. Todo se nos fue en follar y arrepentirnos, follar y arrepentirnos, follar y arrepentirnos...". FIN.
