Torreón Acoso escolar Torreón Agua Saludable Sistema Vial Abastos-Independencia Virgen de Guadalupe

De Política y Cosas Peores

Por Armando Camorra

Ahora al Presidente Fox le dicen "El mesero". ¿Por qué? Porque se está haciendo tonto con el cambio. En efecto, nada ha cambiado, o poco, desde que todo cambió. El único cambio que ha venido con Fox -sin contar el de su estado civil- es él mismo. El PAN, que cuando era Oposición culpaba de todo al Gobierno, ahora que es Gobierno culpa de todo a la Oposición. "Quítale el freno al cambio", dice su propaganda. Con eso busca la elección de diputados que impulsen las reformas propuestas tanto por el Partido más o menos en el Poder como por el Poder más o menos en el Partido. Digo eso porque aun dentro del PAN afronta Fox enemistades y contradicciones, lo cual es muestra de su falta de habilidad -o aplicación- para lograr consensos. Así las cosas, en el escribidor surge una grave duda: ¿qué es mejor, un Congreso que apoye sin condiciones a la administración foxista y le permita llevar adelante todas sus acciones en los términos planteados por el Presidente, u otro que limite la acción presidencial y la sujete a la conveniencia del País, que no necesariamente coincide siempre con el criterio del Ejecutivo? Un Congreso favorable a Fox sacaría adelante sus reformas y eliminaría el marasmo legislativo que caracterizó a la representación que acaba de concluir su inactividad. El riesgo sería el de una Presidencia no acotada, cuyas consignas serían obedecidas siempre por una legislatura como las de los tiempos de la dominación priista, sujeta sin condiciones ni limitación a la voluntad presidencial. Por otra parte, un Congreso opuesto al Poder Ejecutivo tendría la virtud de limitarlo conforme a la sana doctrina de la división de poderes, pero eventualmente podría darnos otros tres años de estancamiento general, habida cuenta de la incapacidad del Presidente para el diálogo y la concertación. Estamos, pues, entre la espada y la pared. Lo mejor sería un Congreso que no fuera ni obsecuente ni intransigente, sino atento al bien de la República y capaz de legislar según lo demande el interés nacional, más allá de conveniencias partidistas. Lograr eso, sin embargo, Estaca Brown... Viene enseguida un chiste de los prohibidos tanto por la Pía Sociedad de Sociedades Pías como por la Liga de la Decencia. El señor Calvínez, encargado de los trabajos de censura -y además portaestandarte- de esta última asociación moralizante, leyó el dicho cuento y fue acometido por un súbito accidente de descomposición ventral, cursos, carrerillas, flojedad de estómago, cámaras o pringapiés, que en todas esas maneras puede y suele llamarse el penosísimo mal que lo atacó. Las personas pudibundas deberían abstenerse aun de posar los ojos en ese relato, que indebidamente sale a luz... Llegó un joven campesino a una casa de mala nota en la ciudad. "-Quiero una mujer" -le pide a la madama. Ella mira de arriba abajo al silvestre mancebo y luego le pregunta: "-¿Has estado con una mujer alguna vez?". "-No, nunca" -responde el mocetón. Le dice la mujer: "-Vuélvete al campo, busca un hueco en el tronco de un árbol y practica. Después regresa acá". Pasa una semana y nuevamente se presenta el muchacho. "-Quiero una mujer" -vuelve a decir a la madama. "-¿Practicaste como te dije?" -inquiere ella. "-Sí" -contesta el rústico zagal. La proxeneta, entonces, le asigna una muchacha. Ya en el cuarto ella se aligera la ropa. De pronto el joven granjero saca una vara y empieza a hurgar con ella en la parte trasera de la chica. "-¿Qué haces?" pregunta ella con indignación, pensando que se hallaba en presencia de un degenerado. Responde el mocetón calmosamente: "-Estoy checando a ver si no hay abejas"... FIN.

Leer más de Torreón

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 30454

elsiglo.mx