Estoy preparando la publicación de "El Cuento más Rojo de la Temporada". Sacar a luz el dicho chascarrillo será evidenciar palmariamente el lamentable extremo a que ha llegado la decadencia de las costumbres en el hemisferio occidental, incluido "El Moquetito", Tamaulipas... Llegó un sujeto a pedir el cargo de gerente en cierta empresa trasnacional, americana, que tenía una filial en la Ciudad de México. Le pregunta el jefe de recursos humanos: "-Y dígame: ¿cuáles son sus pretensiones?". "-Bueno -responde con displicencia el individuo-. Quiero 200 mil pesos mensuales de salario; una acción en el mejor club de golf de la ciudad, pues acostumbro jugar los lunes miércoles y viernes; dos coches, un Mercedes blanco para mi señora y un BMW negro para mí; cuenta de gastos libre, en efectivo, y una suscripción al periódico El Siglo de Torreón para leer todos los días a Catón". "-En principio no hay problema -responde el funcionario-. Desde luego cuente de inmediato con la suscripción a El Siglo y con la acción de cualquier club de golf que usted escoja. Por lo que hace a sus gastos, nuestra política es no manejar dinero en efectivo. Le daremos en su lugar dos tarjetas de crédito internacionales, sin límite de empleo. Tampoco existe dificultad alguna en lo que al salario se refiere. Hay, sí, un pequeño cambio. Recuerde usted que nuestra empresa es extranjera. Nosotros pagamos en moneda americana. Por tanto, en vez de recibir usted 200 mil pesos al mes recibirá 200 mil dólares. También tendremos que hacer un leve ajuste en lo relativo a los coches. Espero que ese mínimo detalle no nos prive de contar con sus servicios. Vea usted: no podemos darle automóviles de marca europea, japonesa o de cualquier otra procedencia que no sea americana. En vez del Mercedes y el BMW le ofrecemos dos Cadillacs, top line, y de los colores que usted ha sugerido. Con chofer, claro, y, ahí sí, de la nacionalidad que usted prefiera". El que solicitaba chamba se le queda mirando fijamente al de recursos humanos y le dice con tono suspicaz: "-Me está usted cotorreando ¿no?". Contesta el otro: "-Tú empezaste, caón"... (Para mis lectores de allende las fronteras mexicanas debo decir que en mi país "cotorrear" a alguien significa hacer burla de él, engañarlo, tratarlo a la ligera)... También parecería cotorreo si no tuviera tufo de chantaje la pretensión planteada en el Congreso de Estados Unidos en el sentido de reabrir el tema de los migrantes mexicanos sólo si nuestro país se allana a hacer reformas que eventualmente pondrían el petróleo de México en manos norteamericanas. Desde luego esa maniobra se debe rechazar. Hay un peligro, sin embargo: la posibilidad de que una falsa actitud nacionalista, de puro rechazo a todo lo que venga de la nación del Norte, nos lleve a frenar cualquier iniciativa tendiente a hacer más libre la economía mexicana, menos sujeta al Estado, menos atada a viejos cartabones que no funcionan ya en un mundo de libres tratos económicos y de globalización. Ningún accidente en nuestro trato con los Estados Unidos, accidente que puede resultar a la larga una cuestión de mera coyuntura, debe apartarnos de hacer más libre la vida nacional... Ahora que Marta Sahagún les hizo propaganda a los condones me puse a investigar acerca de ellos. Supe que algunos condones producen una reacción alérgica en el varón que los usa, debido al látex de que están hechos. La dicha alergia se traduce en súbita y considerable inflamación. Entonces ¿qué tiene eso de malo?... FIN.
