¡Hoy aparece aquí "El Chiste Más Rojo de la Temporada de Calor"! La lectura de ese relato puede producir el síndrome llamado de Marie-Strümpel, consistente en espondilosis crónica anquilopoyética, por lo cual las personas de mente estíptica no deberían posar en él los ojos. A lo más uno, y con cuidado... Al no es bi e u hom q lle a l 8 añ v n e ca d lla a l co po s no, v u me pala e ve d exp co clar s pensa. Ha d Jo Sara... ¿Qué clase de galimatías o logrogrifo es ése, inane escribidor? Ni una mente brillante, ni el mismo Champollion podría descifrar tus crípticos fonemas. Lo que dije fue esto: "Algo no está bien en un hombre que llega a los 80 años y no es capaz de llamar a las cosas por su nombre, y usa medias palabras en vez de expresar con claridad su pensamiento. Hablo de José Saramago". El ínclito escritor fue entrevistado por Silvia Isabel Gámez, y en la entrevista apareció, en efecto, como "Un hombre duplicado", que así se llama su última novela. Al deslindarse del régimen de Castro había dicho: "... Cuba seguirá su camino; yo me quedo...". Le pregunta , incisiva, la entrevistadora: "¿Por qué no mencionar el nombre de Castro?". La respuesta de Saramago es una pirueta de la razón: "No se trata de 'fulanizar' las cosas. No tengo que decir Castro sino Cuba...". ¡Qué débil argumento! Ni siquiera la fama del declarante da respetabilidad a su declaración. Bien está que el idioma portugués sea un español sin huesos, pero no hay que quitarle también la carne. Señalar el crimen, protestar por él y decir quién lo cometió no es "fulanizar", es llamar a las cosas por su nombre. Más que como intelectual comprometido el autor de "Ensayo sobre la ceguera" habló como aspirante a diputado en trance de elección, temeroso de ofender a alguien con sus palabras. A la altura de Saramago estuvo Saramago, sí, cuando denunció los horrores cometidos por el ejército israelí en Palestina y comparó con Auschwitz lo sucedido ahí. Pero en esta ocasión Saramago quedó muy por abajo de Saramago. Dejó de decir que Castro es Castro (no hay que fulanizar), y en su lugar habló de Cuba. Para cualquiera es obvio que una cosa es el admirable y querido pueblo cubano y otra muy diferente su execrable dictador. En fin, culpa es quizá del tiempo -80 años- y no de Saramago... Viene ahora "El Chiste Más Rojo de la Temporada de Calor". Personas pudibundas y pacatas, absténganse... Un cierto médico se había hecho famoso por sus técnicas para mejorar la vida sexual de sus pacientes. Los atendía siempre juntos, y tenía por norma no tratarlos si juzgaba que no podía hacer nada en su ayuda. Cierto día lo visitó un matrimonio ya de edad. Después de hacer a los esposos un examen físico accedió a tratarlos. "-Usted, señor -le indica al marido- compre media docena de pequeñas uvas, póngalas en la parte de más intimidad de su esposa, y a la hora del amor cómalas con lentitud". "-Y usted, señora -dice a la mujer-, compre ocho donas grandes, póngalas en la parte correspondiente de su esposo y cómalas también. La excitación así causada mejorará su relación". En efecto, merced a esa singular técnica amatoria la vida sexual del matrimonio mejoró. Poco después llegó con el galeno otra pareja, recomendada por la anterior. Ambos esposos se quejaban de no sentir absolutamente nada en el acto connubial. Después de examinarlos el médico les dijo que no podía hacer nada por ellos. "-¡Se lo suplicamos, doctor! -claman los dos a coro-. ¡Su tratamiento ayudó a nuestros amigos! ¡Ayúdenos también a nosotros!". "-Está bien -suspira el facultativo-. Usted, señor, compre una caja de melones. Y usted, señora, compre medio paquetito de pastillas Salvavidas"... (No le entendí)... FIN.
