Una turista recién llegada a la Ciudad de México le pregunta a una amiga, extranjera como ella: "-¿En qué lugar hay más mariachis en esta ciudad?”. "-En el Metro” -responde la amiga sin dudar. "-¿Mariachis en el Metro?” -se sorprende la turista. “-Sí replica la otra-. Todos los que viajan en el Metro han de ser mariachis. Siempre me tocan algo”... Al terminar la jornada le dice el pintor a su curvilínea modelo con voz desfallecida: "-Quedé agotado por completo, Giocondina”. "-Yo también, maestro -responde ella-. Creo que será mejor que mañana nos dediquemos otra vez usted a pintar y yo a posar”... Llega un sujeto a la casa de mala nota y pide a la madama: "-Quiero la mujer más fea y antipática que tenga. Dígale que se ponga una bata vieja y rota, que se llene de rulos la cabeza y se embarre en la cara una crema de color verdoso. Ordénele que me trate mal, que gruña mientras hacemos el amor, que me apresure para que termine y que al final me diga que soy un inútil, que no gano lo suficiente, que soy un bueno para nada”. "-Perdone, señor -dice con extrañeza la dueña de la mancebía-. La verdad, tiene usted gustos muy raros. jamás un cliente me había pedido nada igual”. "-Mire -responde el individuo-. Tengo dos meses fuera de mi casa, y aunque parezca increíble hoy sentí nostalgia de mi esposa. Quise buscar a alguien que me la recordara”... Vuelvo a decirlo: en México no tenemos conciencia del valor universal que tienen los bosques y las selvas. La ignorancia y la pobreza se unen para causar cada año la irreparable desaparición de cientos de miles de hectáreas boscosas y selváticas, tanto para explotar la madera de los árboles como para abrir nuevas extensiones a cultivos precarios y de poco rendimiento. Especialistas internacionales están acordes en señalar que nuestro País es uno de los que más daños están resintiendo en el mundo por esa irracional explotación, causa del aniquilamiento de amplias zonas en sitios tales como la selva lacandona, que se encuentra en lento pero inexorable proceso de extinción. En ocasiones por negligencia, otras por corrupción, se permite en los Estados que se siga atentando impunemente contra bienes que no se pueden ya recuperar. Son tremendos los perjuicios que el ataque a las selvas y los bosques puede provocar. La temperatura del planeta va ascendiendo paulatinamente, y en buena parte el fenómeno lo atribuyen los especialistas a la disminución de la superficie arbolada del globo. Cuidar las selvas y los bosques, proteger los árboles, no es chifladura de ecólogos o naturalistas, sino labor de elemental instinto de conservación... Ovonio fue con el médico. Le dice lleno de preocupación: "-Sufro un insomnio terrible, doctor. No puedo dormir ni en el trabajo”... Llegaron los maduros recién casados al hotel. "-¿Cama matrimonial o king size?” -pregunta el encargado. "-Matrimonial” -pide el señor. "-King size” -solicita ella. "-Pero, mi vida -dice el señor a su mujercita bajando la voz-. No necesitamos una cama tan grande”. Contesta ella: "-La necesitaremos cuando me quite la faja”... "-Quédate quieto, niño -le dice el fotógrafo a Pepito-. Va a salir el pajarito”. "-La foto es para credencial, señor -responde el niño-. Debe salir nada más la cara”... FIN.