Doña Gordoloba, nueva rica, hacía jactancia ante sus amigas de la fortuna de su marido, ahí presente. Les dijo: "-Mi viejo me compró una casa en una ciudad de Flórida". Así pronunció la presumida: Flórida. Le pregunta una de las amigas: "-Y ¿en qué parte de la Florida está esa casa?". Responde muy ufana la nueva rica: "-En Kote". "-En Tampa, vieja; Tampa" -la corrige su esposo. (No le entendí)... Entran en la suite nupcial los recién casados. La novia exclama, emocionada: "-¡Al fin solos!". Y dice con enojo el muchacho: "-Tenemos tres años de novios; tardamos cinco horas en llegar aquí; ¡y todavía te pones a platicar!"... Lord Feebledick se hallaba en la sala de su casa cuando sonó el teléfono. "-No, señor -dice al contestar-. El campo sufre la opresión de los grandes terratenientes". Tras decir eso cuelga. "-¿Quién era? -quiere saber su esposa, lady Loosebloomers. Responde lord Feebledick: "-Un tipo que preguntó si estaba libre el campo"... He aquí una profunda reflexión en forma de parábola. El vecino pobre no tenía problemas con el vecino rico: el pobre necesitaba trabajo y el rico necesitaba quien le trabajara. Pero el vecino tuvo un hijo, y otro, y otro, y otro, y otro, y otro, y otro. Y todos querían entrar a trabajar en la casa del vecino rico. Entonces éste se vio obligado a cerrarle sus puertas al vecino, a poner perros guardianes y cercas alambradas. El problema quizá tendría solución si el vecino pobre diera empleo a algunos de sus hijos, para que no todos tuvieran que buscar trabajo con el vecino rico. Quizá el vecino rico –y otros vecinos ricos más- podrían ayudarle a crear esos empleos. Pero el vecino pobre tiene también cerradas sus puertas: dice que admitir la ayuda de los vecinos ricos para dar empleo a sus hijos le quita soberanía. El vecino rico, pues, seguirá teniendo problemas con el vecino pobre. Y éste seguirá viendo a sus hijos con hambre o asfixiados en una caja de trailer... Hobo y Trampacio, vagabundos, pasaron frente a un restorán en cuyo escaparate se exhibían suculentas viandas. Propone Hobo: "-Imaginemos que estamos comiendo esos manjares. Así engañaremos el hambre". Se aplicaron ambos a la contemplación de los platillos. En eso pasa una estupenda rubia. Trampacio se le quedó viendo con intensidad, y de pronto cayó al suelo sacudido por fuertes convulsiones. Le dice Hobo: "-¿Ya ves? Eso te pasa por follar después de comer"... Babalucas se las arregló para llevar a una muchacha a su departamento. Empezó a rogarle con suplicante voz: "-¡Andale, Rosibel! ¿Lo hacemos? ¡Dime que sí, Rosibel! ¡Anda, no seas mala! ¡Vamos a hacerlo!". "-Mira -le responde ella mortificada-. Si no dejas de estar haciendo preguntas imbéciles, me salgo de la cama, me pongo mi ropa y me voy"... Un muchacho quería ser futbolista, y pidió ser admitido en una escuela de futbol. No logró ser admitido, pues era miope. En esas condiciones, le dijeron, no podía jugar. Sin embargo le ofrecieron inscribirlo en la escuela de árbitros... El astrónomo regresó a su casa después de un viaje, y al entrar en la recámara sorprendió a su esposa en apasionado trance de amor con dos individuos exactamente iguales. "¿Qué es esto?" -exclama el astrónomo al mismo tiempo sorprendido e indignado. Responde ella: "-Acuérdate, Tolomeo: yo te dije que quería saber lo que es el cielo, y tú me sugeriste que me buscara unos gemelos muy potentes"... Sigue ahora un cuento muy pelado. Platicaban tres amigas, una de ellas bastante sordita. La primera, cuya afición era la pesca, indicó con las manos el tamaño del robalo que había pescado. La segunda, que gustaba de la jardinería, señaló en la misma forma la medida de los pepinos que cultivó en su huerto. Y la sordita pregunta llena de ansiedad: "-¿Quién? ¿Quién?"... (No le entendí)...
Hasta mañana...