Afrodisio Pitorreal, galán concupiscente, era diestro en toda suerte de salacidades. Estaba casado, pero la institución matrimonial, base de la familia -y por lo tanto de la sociedad, incluidos en ella los clubes filatélicos-, no lo apartó de sus devaneos erotómanos, y seguía frecuentando el trato de mujeres fáciles de cuerpo: ya se sabe que la prostitución es una profesión muy noble, lamentablemente echada a perder por las aficionadas. Un día Afrodisio se reunió con sus amigos, y la conversación recayó en el tema de las relaciones íntimas. Censuraron algunos a los maridos que después de satisfecho su deseo se dan vuelta en la cama y se duermen, o encienden la tele, o se ponen a trabajar en su laptop en vez de abrazar con ternura a su mujer y sostener con ella una amorosa conversación, o por lo menos preguntarle su opinión sobre los novelistas rusos del siglo XIX, especialmente Dostoiewski. Le pregunta alguien a Afrodisio: "-Tú ¿le hablas a tu mujer después de hacer el amor?". "-Invariablemente" -responde él. Pregunta otra vez el amigo: "-Y ¿qué le dices?". Contesta Afrodisio: "-Le digo: ‘Vieja: en una media hora llego a la casa’"... Entra un perro en la oficina de Telégrafos y escribe el siguiente telegrama: "Guau guau guau guau guau guau guau guau guau". Le da el telegrama al encargado, y el tipo cuenta las palabras. "-Son nueve ‘guaus’ -dice al perro-. Por el mismo precio puede usted poner uno más". Contesta el perro: "-No tengo nada que añadir"... Babalucas entró en una farmacia. El dependiente acude a atenderlo. "-Usted me dirá". "-Más o menos 1.75" -responde Babalucas... Un gesto de gran calidad humana, de mucha dignidad, tuvo Mauricio Fernández Garza, quien fue candidato del PAN a Gobernador de Nuevo León en la contienda que finalmente ganó Natividad González Parás, postulado por una alianza de partidos encabezada por el PRI. Mauricio felicitó sinceramente a quien fue su adversario, compartió con él la mesa en amistosa charla y le deseó buen éxito en su administración. La actitud del ex candidato panista dice bien de él, y contribuye a restablecer la unidad y buen entendimiento entre todos los nuevoleoneses, luego de las asperezas y acrimonias que suelen ser parte de las campañas políticas en uso. Quedó atrás la batalla electoral. También deben quedar atrás los enconos y resentimientos derivados de la lucha por los votos. Los nuevoleoneses escogieron en julio de 2003 lo mismo que los mexicanos escogimos en julio de 2000: el cambio. En política nadie pierde o gana para siempre. La posibilidad de la alternancia es advertencia para gobernar bien, pero es también estímulo para buscar de nuevo lo que se perdió o lo que no se pudo conquistar. En eso estriba la democracia a fin de cuentas: que el poder sea de todos para que no pueda ser de uno sólo, o de unos cuantos. Con su encomiable actitud Mauricio Fernández Garza actuó en términos de buena democracia, e hizo una contribución muy apreciable al bien de esas dos ejemplares comunidades que son Monterrey y Nuevo León. Merece aplauso y reconocimiento... Papá Oso, Mamá Osa y el Osito, llegaron a su casa en el bosque. Dice el Osito: "-Alguien se comió mi sopa". Dice Mamá Osa: "-Alguien se comió mi sopa". Y dice Papá Oso: "-¡A quién le importa la tzingada sopa! ¡Se llevaron la tele, el estéreo, la videocasete-ra..."... El dueño del hotelito familiar en la playa le pregunta con tono suspicaz al señor que le pedía un cuarto: "-La dama que lo acompaña ¿es su esposa?". "-¡Claro que es mi esposa! -rebufa con enojo el individuo-. Si no lo fuera ¿la traería a un hotelucho como éste?"... FIN.
