La señora dio a luz un bebé y su esposo llevó a un compadre para que viera a la criatura. "-Mire, compadre -le dice orgulloso-, tiene mis mismos ojos, la nariz de mi suegro, la frente de mi mamá, la boca de mi abuelo... ". "-Sí -dice el compadre-, y el lunar en la pompis de mi comadrita"... Dulcilí, muchacha ingenua, rindió la cándida flor de su virtud a un individuo libidinoso y lúbrico de nombre Salacio Pitorrón. Fecundos suelen ser esos epitalámicos encuentros, y pronto Dulcilí se halló en estado de buena esperanza. (¡Mejor la habrías tenido, desdichada, si hubieses entregado la gala de tu doncellez en lícito desposorio bendecido por Dios y consagrado ante la sociedad! ¿Qué esperas, dime, de ese mal individuo que te buscó tan sólo para refocilarse en ti y hallar espurcísima sedación a su concupiscencia? No me des por bueno a ese tal Salacio Pitorrón: su sólo nombre me hace estremecer). Llorosa y gemebunda, Dulcilí dio la nueva de su maternidad al seductor. "-No te angusties -la tranquiliza el tipo-. En este trance no estás sola”. "-¿De veras?” -se anima Dulcilí entre sus lágrimas-. "-De veras -confirma Pitolón-. Millones de chicas en el mundo están en el mismo caso que tú”. (NOTA: 2.143.975 según censo de última hora, más las que se acumulen hoy en la noche)... A aquel tipo le decían "El Doctor Zhivago". Por chiva y por vago... He aquí un cuento surrealista, y que lleva contenido político. Estamos en una ciudad de un país donde reina la pobreza. Cualquier parecido con una coincidencia será la vida real. Un huevito corría desesperadamente, perseguido por una famélica multitud de hombres, mujeres y niños que se lo querían comer. Corría y corría el huevito para salvarse de caer en manos –en bocas- de aquella hambrienta turba. En su carrera el huevito vio a un filete que estaba recargado con displicencia en un poste de la calle. “-¡Corre! –le grita con angustia-. ¡Te van a comer!”. “-Te comerán a ti –contesta impertérrito el filete sin moverse-. A mí nunca me han visto, y ni siquiera saben qué soy”... Se encuentran dos señores que hacía mucho tiempo no se veían. "-Dime -pregunta uno-, ¿qué se ha hecho tu hija Borsalina?". "-Trabaja de artista -responde orgulloso el otro señor-, y mañana debuta". "-¡Caramba! -se sorprende el otro-. Cambia rápido, ¿no?"... El gerente del banco rendía su informe anual ante el consejo de administración. "-Señores -comienza diciendo con gran solemnidad-. Seguramente ustedes recuerdan que en la asamblea del año pasado les manifesté que el banco estaba a un paso del abismo. Pues bien: les informo que en el curso de este año dimos un paso hacia adelante"... Pepito le pregunta a Juanilito: "-Yo tengo cinco años. ¿Cuántos tienes tú?". "-No sé" -responde Juanilito-. "-¿Ya te atraen las mujeres?" -vuelve a preguntar Pepito-. "-No" -contesta Juanilito-. "-Entonces tienes cuatro años" -concluye Pepito-... "-Oiga, comadre -pregunta una señora a otra-. ¿De modo que a mi compadre le dieron un balazo en la trifulca?". "-No, comadre -responde la otra-. Más bien se lo dieron entre esa cosa que usted dice y el ombligo"... Caminaban por la calle el señor y la señora. Ella advirtió muy molesta que cada vez que pasaba una muchacha guapa a su marido se le iban los ojos. "-¡Esto es insoportable! -le dice-. ¡Siempre que ves una mujer bonita se te olvida que eres casado!". “-Al contrario -dice él-. Entonces es cuando me acuerdo más"... FIN .