El misionero llegó hasta donde moraba la perdida tribu de indios, y después de evangelizarlos brevemente procedió a bautizarlos, confirmarlos, administrarles la primera comunión y casarlos. Al final pregunta el misionero al jefe de la tribu "-¿Cuál de las ceremonias les gustó más?”. "-La del matrimonio -responde con una gran sonrisa el jefe-. ¡Todos agarramos vieja nueva!”... Suena el teléfono. "-¿Está el señor Doblado?”. "-Sí”. "-Pues dígale que se enderece, no le vaya a suceder algo desagradable”... Dos amigos conversaban. Uno le cuenta al otro del día que fue a cazar patos con unos amigos. "-Vi el pato y le apunté bien, pero antes que disparara, el pato cayó a mis pies. ¿No crees que fue un milagro?”. "-No -dice el señor-. Lo que pasó es que uno de tus amigos disparó primero”. El mismo que dio la explicación añade: "-Milagro el que me pasó a mí: apenas tengo tres meses de casado y mi señora ya tiene un niño. ¿No crees que eso sí es un milagro?”. Y dice el otro: “-A lo mejor alguno de tus amigos también disparó primero”... El caníbal metió al explorador en la gran olla donde lo iba a cocer. Le dice: "-Voy a estar ocupado en otras cosas, señor. Cuando el agua comience a hervir, por favor silbe”... Aquel hombre jugaba muy mal al golf. Sufría mucho, pues el golf le gustaba con delirio; era su pasión. Cierto día vio a un judío ortodoxo que jugaba maravillosamente. Va hacia él y le pregunta: “-¿Cómo hace usted para jugar tan bien?”. Contesta el judío: “-Voy a la sinagoga diariamente; leo los libros sagrados; converso con los ancianos y junto con ellos interpreto los mandamientos de la ley. Con eso la sabiduría del Señor llega hasta mí, me ilumina, y puedo jugar un mejor golf”. Pregunta el tipo: “-¿Cuánto tiempo me tomaría hacer lo mismo?”. “-Un año” –le contesta el judío. Así, el mal golfista se convirtió a la religión judía, y empezó a asistir a la sinagoga. Un año después fue a jugar golf, y jugó tan mal o peor que antes. Va con el judío y le reclama. “-Fui a la sinagoga, hice todo lo que usted me dijo, y sigo jugando un pésimo golf”. Le pregunta el judío: “-¿A qué sinagoga fue?”. Contesta el hombre: “-A la Beth-hakodesh”. “-Con razón –dice el judío-. Ésa es para mejorar en el tenis”...Un individuo fue a los toros con su esposa. Mientras el tipo estaba muy concentrado viendo la corrida su mujer empezó a coquetear con un sujeto que tenía al lado. A poco ya estaban los dos tomados de las manos. Un rato después el tipo la tomó en los brazos. Luego empezó a besarla apasionadamente. Y en el quinto de la tarde ya la estaba haciendo objeto de caricias encendidas. Un señor muy serio que estaba en la fila de atrás no puede contenerse más y le dice al marido: "-¡Oiga! ¿No ve lo que le están haciendo a su señora? ¡La están abrazando, besando, acariciando!". "-Claro que lo veo -responde cachazudamente el hombre-. Así es ella". "-Y si así es su mujer -pregunta con asombro el señor-, ¿por qué la trae a los toros?". Y explica el marido: "Porque si la dejo en la casa allá sí le hacen la faena completa. FIN.
