El otro día me pasó una idea por la cabeza. Eso fue fácil: no había ahí nada que pudiera estorbarle el paso. Como resultado voy a hacer una profecía. El único problema con este vaticinio es el que tienen todos los presagios, sean de Nostradamus, el Papa Celestino, la Madre Matiana o mistress Dixon: puede ser que se cumpla, puede ser que no, puede ser que quién sabe. Deberían aceptarse profecías sobre hechos del pasado; así no andaría uno como los meteorólogos, a puras adivinanzas. "Hay posibilidades de lluvia en proporción de dos a uno”. "¿Cómo obtuvo usted tal proporción?”. "Es que yo digo que va a llover, pero la secretaria del observatorio y don Julito el conserje dicen que no”. Lo mejor es ofrecer los pronósticos del tiempo como hacía el ingeniero Tárnava, ilustre regiomontano pionero de la radiodifusión en América Latina y católico devoto. Solía anunciar: "Para hoy, viento fresco en la mañana; lluvias ligeras por la tarde y en la noche cielo despejado. Todo eso si Dios quiere”. Sujeta a la misma condición: Deo volente, está mi profecía. Pero antes de darla al aire voy a narrar algunos cuentecillos a fin de disponer el ánimo de la República para recibir tan trascendente augurio... Llegó don Cornulio a su casa y halló a su consorte en íntimo abrazo de concupiscencia con su mejor amigo. "¡Ah! -profiere don Cornulio, gemebundo-. ¡Y con mi mejor amigo!”. Responde la pecatriz tímidamente: "Es mejor que haberlo hecho con tu peor enemigo, ¿no?”... El jefe de personal le dice a don Algón: "Si me permite una sugerencia, jefe, contrate como su nueva secretaria a aquella chica de la faldita corta, la que está junto a la puerta. En su solicitud de empleo, donde dice ‘sexo’ escribió 48 páginas”... Se quejaba la muchacha que se casó con un soldado: "Estoy teniendo problemas con Milicio. Cuando terminamos se da la media vuelta. Y yo quiero paso redoblado”... Aquel sujeto veía al hijo recién nacido de su compadre. Le dice al feliz papá: "Tiene la misma nariz de usted, compadre; la misma frente, la misma boca... ¡Y mire! ¡Tiene el mismo lunar en la nalguita izquierda que tiene mi comadre!”... En la plaza del pequeño pueblo un alambrista hacía exhibición de sus habilidades. Cierto muchachillo lo molestaba moviéndole los postes que sostenían el alambre. "Estoy trabajando, niño -lo reprende el funámbulo en voz alta-. Por favor no me muevas el alambre. ¿A poco cuando tu mamá está trabajando yo voy a moverle la cama?”... Le dice la señora a su marido: "Dejé de usar brassiére. ¿Verdad que me veo más joven?”. "-Sí, -reconoce el hombre-. Se te quitaron todas las arrugas de la cara”... El ayudante del médico le dice: "En la sala de espera está una muchacha con un chichón bruto”. "-¡Hazla pasar inmediatamente!” -pide el galeno con ansiedad. Entra la muchacha, la ve el doctor y dice con fría voz a su ayudante: "La próxima vez di ‘hematoma”‘... Y ahora he aquí la anunciada profecía... Tarde o temprano tendrán que hacerse las reformas que permitirán la inversión proveniente del sector privado, tanto nacional como extranjero, en la generación de energía eléctrica en México. No es posible detener la globalización -yo ya he intentado detenerla sin resultado alguno-, y más temprano que tarde México deberá adoptar las fórmulas que han permitido el avance económico de otros países, antes subdesarrollados... Y no hago más profecías: la última que hice que fue para vaticinar que Fox sería Presidente de México, y ya lo ven, fallé... FIN.
