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De Política y Cosas Peores

Catón

Lord Feebledick y su montero Highflown salieron a la caza de perdices. De pronto Burdensome Nuts, el famoso perro de lord Feebledick, señaló en dirección de unos arbustos. Lo hizo en la clásica actitud del pointer, estirando pescuezo y cola y doblando una pata delantera. A unos 100 metros de distancia lord Feebledick ve con su anteojo largavista a lady Loosebloomers, su mujer, realizando el acto supremo de erotismo con Wellen Dowed, el membrudo guardabosque. Sin decir palabra lord Feebledick apunta y ¡barrooom!, pone los perdigones de su escopeta en el trasero del rústico amador, que escapa a todo correr ululando lastimeramente. El montero felicita a su señor. "-Excelente tiro, mi lord -le dice-. Y eso que el blanco se estaba moviendo mucho?... Afrodisio, galán concupiscente proclive a cosas de fornicación, logró cortar en flor la doncellez de Pudenciana, zagala candorosa que nada sabía de las engañosas apariencias con que se muestra a los humanos la lúbrica tentación de la sensualidad. Al terminar el amoroso trance exclama Pudenciana en arrebato de éxtasis: "-¡Ay, Afrodisio! ¡De seguro esto ha de ser pecado! ¡Sentí rete padre!"... Jactancio era un sujeto elato, vanidoso. Lo poseía un narcisismo inaguantable; su actitud egocéntrica era en verdad insoportable, y su soberbia hartaba a todos. Un día se encuentran por la calle dos amigos de él. Le dice el uno al otro: "-¿Supiste que Jactancio cambió de religión?". "-¡Qué me dices! -se asombra el otro-. ¿Ya no cree que él es Dios?"... Mister Sadic Thompson, misionero protestante de las Islas Samoa, llamó a un nativo llamado Dog Gystyle y lo reprendió severamente. Le dijo que su esposa (la del nativo) se había quejado con él de que Dog le hacía el amor en una estrambótica postura no aprobada por la iglesia. Dog Gystyle se defiende: "-Lo hago en la posición del misionero?. Contesta el reverendo: "-Tu esposa me describió la forma en que le haces el amor, y ésa no es la posición del misionero?. Replica el nativo: "-La que yo vi, sí?... Bajo ominoso signo nace el nuevo Instituto Federal Electoral. Ese signo es el de la sospecha. (El autor hace una pausa dramática a fin de que la República contenga la respiración. Pero la República no contiene nada). Bajo la dirección de José Woldenberg el IFE mereció la aprobación del círculo rojo, el verde, el amarillo, el azul celeste, el fucsia (también llamado fiucha) y todos los demás círculos de la pública opinión. Ahora el manipuleo de los partidos le resta desde el principio credibilidad a esa importante institución. De ese manipuleo no escapó el PRD, que ahora clama, reclama y se echa ceniza en la cabeza. La única diferencia que este partido tuvo con el PRI y el PAN en el caso de la conformación del Instituto Electoral es que las manipulaciones de los priistas y panistas prosperaron, en tanto que fracasaron las del PRD. Hemos vuelto, pues, al antiguo y odioso sistema de las posiciones partidistas. Lo sucedido hace pensar que los consejeros del IFE no serán ya representantes de los ciudadanos, sino de los partidos a quienes deben la chamba. En fin, siquiera sea por rigor intelectual concedamos a los recién designados el beneficio de la duda, y esperemos a ver sus actuaciones antes de emitir, a nombre de la Historia, el juicio final sobre ellos... Tetina Grandchichier anhelaba ser concertista de guitarra, pero tenía el busto tan exuberante que aun con los brazos extendidos no alcanzaba a tañer el instrumento. Acudió a un joven cirujano plástico y le pidió que le redujera el busto. El novel médico, después de contemplar extasiado la ubérrima pechera de Tetina, hace una sugestión. "-Dígame, señorita Grandchichier -inquiere-. ¿No le gustaría que mejor le alargáramos los brazos??... FIN.

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