Se casaron la señorita Invernizio y el señor Hiemal, los dos de edad madura. Como preparación para el connubio ella se sometió a una dieta de alimentos ricos en hierro, y él no comió otra cosa más que ostiones durante dos semanas. "-De nada sirvieron los ostiones y el hierro -contó muy triste el novio cuando regresaron de la luna de miel-. A mí se me ablandó todo, y ella lo tenía oxidado”... ¡Insensato escribidor! ¡Burdégano, bisunto, bato, bigardo, bocaza, bolinero, bárbaro, brozno, besugo, bravonel, bausán! ¿Así, con tales chiribitas, exornas tu fuliginosa columneja en esta temporada, que es época de reflexión? Vade retro, Satanás! ¡Retírate, demonio! Estás poseído, lo aseguro, por aquel "Furor loquendi, furor scribendi” que decían los latinos refiriéndose a la manía de hablar o escribir mucho. Perteneces al "Genus irritabile vatum”, la casta irritable de los profetas, según lo dijo Horacio. Repruebo tus insanias: "Amant alterna Camenae”: las Musas gustan de la variedad. Cambia ahora de tema. Aporta una de tus sesudas reflexiones con las cuales no persigues otro fin -así lo has declarado- que orientar a la República. Dí, por ejemplo, que los sociólogos extranjeros suelen hablar de la abnegación del pueblo mexicano, de cómo los pobres de México resisten con estoicismo toda suerte de privaciones e injusticias. Manso, en efecto, es nuestro pueblo, quizá por efecto de siglos de prédicas que lo convocaban a la resignación y a no esperar la justicia más que del Cielo, y felicidad sólo en la otra vida. Virtud muy grande es, en efecto, la paciencia. Bienaventurado quien pueda decir en la desgracia igual que dijo Job: "Dominus dedit, Dominus abstulit; sit nomen Domini benedictum”. El Señor dio, el Señor quitó; sea bendito el nombre del Señor”. Ante la voluntad de Dios, es cierto, debemos inclinarnos. Pero no ante la voluntad de los hombres cuando esa voluntad lesiona a nuestro país y nos daña a nosotros y a nuestros hijos. En ese caso la santa simplicidad debe ser suplida por la santa indignación. Indignación deberíamos sentir ante la villana manera con que el Poder Legislativo ha hecho a un lado su trascendente misión para entregarse a pugnas partidistas que sólo derivan en mal para los mexicanos. Debemos ejercer presión sobre los diputados, que otra vez harán al vapor un mamotreto fiscal semejante a las antiguas misceláneas fiscales, fuente de toda confusión, y de arbitrariedades. Ser manso no es ser menso, si se me permite el difícil juego de palabras. En la búsqueda del bien de nuestra Patria es mejor poner el hombro que poner la mejilla... Un joven ballenato le preguntó a un amigo con mayor experiencia que la suya: "-Dime: ¿nuestras hembras son duras, frías, y tienen una cola circular que les da vueltas?”. Le contesta el amigo: "-No”. Y exclama el ballenato con enojo: "-¡Carajo! ¡Entonces me follé a un submarino!”... El piloto de la avioneta se vuelve hacia sus pasajeros y les anuncia: "-Señores: el motor del avión se descompuso, y se detuvo ya. Pero no se preocupen: me pondré el paracaídas e iré a traer un mecánico”... Babalucas fue a ver una película pornográfica, francesa. En lo más tórrido de las acciones el tonto roque le dice con acento burlón a su vecino de asiento: “-¡Estos franceses! ¡Ni siquiera saben que a una mujer se le debe besar en los labios!”... Rosibel, la secretaria de don Algón, le cuenta a una amiga: “-Mi jefe me regaló un abrigo de visón”. Le pregunta la amiga: “-¿Para tenerte calientita?”. “-No –replica Rosibel-. Para tenerme calladita”... FIN.