El ingeniero dijo que entregaría la obra a fines de mayo; la concluyó a principios de septiembre. El abogado pasó a su cliente un recibo muy alto diciéndole que había tenido que dar muchas mordidas; era mentira, y se embolsó el dinero. El vendedor de joyas le aseguró a la muchacha que el anillo que le vendía era muy fino; las piedras eran falsas. El carpintero manifestó que el mueble era de caoba; la verdad es que estaba hecho de pino. El estudiante insistió en que merecía el diez; en realidad copió. El contratista cobró 100 metros de cimentación; no eran más que 80. La señora que hacía pasteles para vender decía que los cobraba caros porque llevaban mucho huevo; era pintura vegetal. El profesor no entregó a tiempo el resultado de los exámenes porque -explicó- había tenido un problema familiar muy serio; lo cierto es que le entró la flojera. El empleado se reportó enfermo y no fue a trabajar el lunes; lo que pasó es que el fin de semana se lo pasó bebiendo. Pero el ingeniero, el abogado, el vendedor de joyas, el carpintero, el estudiante, el contratista, la señora que hacía pasteles, el empleado y el profesor dicen siempre llenos de santa indignación: "-¡La culpa de todo la tienen los políticos!”... El muchacho llevó a la chica al asiento de atrás del automóvil, y una vez ahí trató de hacerla objeto de apasionadas demostraciones de vehemente delirio pasional. Ella, sin embargo, se defendió. Entablóse una lucha titánica: él tratando de consumar sus intenciones; ella defendiéndose con éxito. Por fin, en medio de las vueltas y revueltas del combate, ella le recomienda a su galán con agitada voz: "-¡Tuérceme el brazo por atrás, Afrodisio! ¡Tuérceme el brazo por atrás!”... La señora aquella tenía un carácter sumamente agrio. Era un basilisco, una Furia, una Gorgona, una feróstica. cierta vez quedó embarazada. Y pocos días antes del nacimiento de la criatura preguntaba a una criada que tenía: "-Me gustaría saber si va a ser niño o niña”. "-Seguramente va a ser niño” -responde cortante la sirvienta-. "-¿Por qué lo dices?” -pregunta la mujer frunciendo el ceño-. "-Porque a usted no hay mujer que le aguante nueve meses” -contesta la fámula-... Pepito dice a sus amigos: "-Sueño con tener muchas mujeres como mi papá”. "-¿Tu papá tiene muchas mujeres?” -le preguntan los otros, asombrados-. "-No -responde Pepito-. Pero también sueña con tenerlas”... El rico ejecutivo hace una proposición a su nueva, voluptuosa, exuberante, curvilínea secretaria. "-Mire, don Crésido -responde muy seria la muchacha-. Si es usted de los que creen que el dinero puede comprarlo todo, debo decirle que, al menos por lo que a mí se refiere, está usted completamente en lo cierto”... El señor se sintió enfermo en la oficina a media mañana, y decidió irse a su casa. Buscó al director de la compañía para pedirle su autorización, pero como no lo encontró se retiró sin más. Al llegar a su casa y subir a su recámara encontró ahí a su esposa presa de inexplicable agitación. Sospechándose lo peor el señor abre la puerta del closet y, ¡horror!, adentro estaba el jefe. "-Hornicio -dice el ejecutivo al señor-, si va usted a pedirme el puesto de gerente hable ahora o calle para siempre”... El galán de teatro, maduro pero todavía gallardo seductor, propone matrimonio a la linda muchacha. "-Por mí sí, don Ataulfo -responde ella-. Pero mi mamá no quiere”. "-¿Por qué?” -pregunta el actor-. "-Dice que usted podría ser mi padre” -responde ella-. "-¿Quién es tu mamá?”. "-Se llama Mesalina Frineya, y fue actriz en su juventud, también”. "-La recuerdo -dice el actor-. Y tiene razón. Cualquier hombre de esta ciudad podría ser tu padre”... FIN.