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De ruindades, truchas y números

Federico Reyes Heroles

Ruindades.- ¿De qué se ríen? Allí está la imagen en las primeras planas de los diarios. El ciudadano común, ofendido, irritado lanza signos de desprecio. Los señores diputados opositores se siguen riendo. Lograron lo que querían. En primer lugar tirar a la controvertida lideresa. En segundo quitarle las banderas de avanzada al grupo. Ruin, envilecido, mezquino, miope, irresponsable e incluso perverso. Todos esos calificativos y más se merece la maniobra. Por supuesto que nos hubiese gustado una feliz y civilizada coincidencia, un acuerdo sensato. Pero la realidad es otra, mucho de ruindad merodea a la política, por eso se traicionan, se devoran unos a otros. Por lo general son hienas al acecho y la presa de la Reforma Hacendaria ha engordado mucho. Desear que la política fuera diferente no es demasiado realista. ¿Puede serlo? Las bestias políticas, el animal político de Aristóteles, es capaz de lo que sea. Bush inventó una guerra para reelegirse y hoy campea por el mundo con la cabeza humillada de Hussein en su lanza. Estamos frente a la política desnuda, la lucha por el poder, en su versión más brutal y cruda.

¿Qué hacer? Rasgarnos las vestimentas, gritarles traidores, faltaron a su palabra, embusteros, crecer el drama por la falta de ética de Madrazo y los que hoy lo acompañan y que quizá mañana le lanzarán la tarascada. Es una posibilidad pero podría significar perdernos en la politiquería vil. Los reclamos éticos nunca han sido demasiado eficaces. Desdramatizar es la otra fórmula. Mejor miremos lo que queda detrás de la espuma y el ruido.

Truchas.- Las posiciones, define don Juan Rico y Amat en su Diccionario de los Políticos, son “truchas” que se pescan todo el año “en el estanque nacional”. Los priistas ya tienen su trucha y la van a guisar pública y gozosamente. Al Presidente Fox lo arrinconan, le tumban su reforma y lo obligan a ir a su espacio. Al Secretario de Gobernación lo muestran como incapaz de lograr las reformas por más que les reclame respeto a la palabra empeñada. ¡Carambas, ya no se puede confiar en nadie, ni en Madrazo, ya no hay caballeros! No, ya no hay. Pero ellos también culebrearon el tratar de romper el liderazgo formal. Takes two to tango.

Los mercados se mueven. Están nerviosos, esto es el caos, el país caerá en un abismo pronostican. De pronto el PRI de los inmovilistas nos anuncia una nueva propuesta en tono “socialdemócrata”, quieren truchas. Por cierto las democracias sociales exitosas en el mundo aplican sistemas fiscales implacables. Ojalá y sigan el ejemplo. PRI, PRD y PT flirtean. Ver para creer. Querían tirar a Gordillo, ya tienen su cabeza, como Bush, pero la burda maniobra les podría costar muchos votos: dinosaurios, retrógrados, opositores al cambio, victimarios de Fox el liberador, caciques, responsables del colapso, eso y más se les puede colgar en este momento y hasta el 2006, así de riesgosa la jugarreta. Pero no serían políticos si no buscaran siempre la supervivencia. Son una especie particular. Muchos de los que andan allí son sobrevivientes natos. Así que irán al período extraordinario con una nueva propuesta de “verdad progresista”. El Presidente Fox ha reaccionado y advierte: nada de versiones populistas, allí está el veto. Ahora ellos son los arrinconados pues la opinión pública está furiosa. Por los sondeos, si hoy fueran las elecciones, podrían convertirse en tercera fuerza y Fox saldría como el Cid Campeador, su mito de reformador victimizado ganaría batallas contra el PRI después de dejar la presidencia. El peor de los negocios para los madracistas. Si este fuera el final de la historia, hubiera sido suicidio. Pero, se preguntará el lector, acaso no piensan en el daño que le inflingen a México, no en primer lugar, eso es claro.

Números.- El problema es que la nueva propuesta tiene que cuadrar en los hechos con los números. No hay mucho margen de maniobra. El mundo observa y los mercados castigan sin piedad. Si el PRI no formula una propuesta responsable y que de verdad incremente los ingresos fiscales el sainete podría significarles el derrumbe final. Ahora bien, ¿qué pueden proponer? Bajar el ISR, bajar el IVA y darle juego a los estados. El problema es que esas medidas no recaudarían más, por el contrario quebrarían la hacienda pública. Populismo puro. Combate a la evasión, bien pero no alcanza, le asignan 32,000 millones. IEPS, 16,000, tampoco. Evadir el IVA generalizado, que es su grillete conceptual, es muy difícil. Allí es donde deberemos estar muy atentos. Seguramente propondrán una reasignación del gasto que está mal canalizado desde la perspectiva de generación de empleos y quizá también etiquetarán una parte, lo cual es una salida política conveniente. Pero si los priistas (madracistas y aledaños) y sus nuevos aliados no presentan un proyecto sólido la denuncia deberá ser implacable. El daño sería muy profundo. Lentamente se registran los beneficios de la estabilidad —recuperación salarial, por ejemplo— estabilidad que gobernantes priistas quebraron y otros, también priistas, tuvieron que reconstruir trabajosamente. El costo para la sociedad fue inconmensurable.

Que las vilezas de las luchas por el poder no nos cieguen. Hay pendiente una definición de fondo. ¿Con cuál PRI quieren los opositores identificarse, con el responsable de la tragicomedia financiera de Echeverría y López Portillo o con el doloroso realismo económico de De la Madrid, Salinas y Zedillo? Pleitos priistas por el poder ha habido muchos y terribles, este es otro más. Pero al final del camino la disyuntiva es muy clara: si de verdad quieren un andamiaje fiscal sólido tienen que acabar con exenciones y privilegios y generalizar un impuesto al consumo. Si de verdad quieren conservar algo del impulso modernizador que heredaron tendrán que sepultar los arranques populistas que por momentos los gobiernan. Pros y contras: si hubieran dejado al presidente ser cabeza del trago amargo y hubieran ido divididos al respecto del IVA, no tendrían hoy la responsabilidad de definir su postura nacional. Se quedaron con la bandera y hoy están en la mira de la opinión pública. De esa no se escapan. Ya tuvieron su momento de júbilo. Sus risas por el bloqueo serán inolvidables. Ahora veremos de qué lado están realmente. Sus riñas internas son históricamente irrelevantes frente al daño que pueden causarle al país retrasando la llegada de un sistema fiscal moderno. Si el populismo gana esos priistas demostrarán que no merecen ocupar un sitio en el futuro de México y que han sido incapaces de aprender para qué sirve el poder por el que tanto pelean.

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