CALCUTA, India (AP) .- Mónica Besra dice ser la prueba viviente de que la Madre Teresa de Calcuta realizó un milagro, y que por ello merece ser canonizada.
Asimismo, millones de personas hindúes y cristianos que viven en la más absoluta pobreza en la parte oriental de esta ciudad también dirían que la monja era una santa entre las personas más pobres de la India y que merecería una veneración especial sólo por ello.
No obstante, los médicos que trataron a Besra insisten en que su enfermedad fue curada por la medicina convencional y que la cura no fue un milagro.
Los médicos temen que muchos pobres y analfabetos dejen de creer en la ciencia y en la medicina cuando se enfermen, y se limiten a pedir milagros.
Y hay también otros críticos de la Madre Teresa: los que hallaron censurable su oposición al aborto y al uso de preservativos en este país superpoblado y afectado por el virus del sida, y los que la recriminaron por no haber modernizado sus asilos de ancianos y sus albergues para los pobres de la India.
Besra, de 35 años, está sorprendida que nadie se dé cuenta de las dotes curativas de la monja.
"Dios me escogió como el medio para que la gente viera el gigantesco poder de curación de la Madre Teresa, no sólo mediante sus curaciones físicas (durante su vida), sino por medio de los milagros", dijo Besra poco antes de partir a Roma para asistir a la beatificación de la monja, que se realizará este domingo.
A partir de esa ceremonia vaticana, la Madre podrá ser proclamada santa.
"Aquellos que creen en la Madre creerán", dijo. "Aquellos que no crean, lo siento por ellos".
La Madre Teresa construyó varios asilos en la India para los más necesitados. Millares de voluntarios de todas las religiones peregrinan aún a la India para ayudar a los pobres y enfermos.
En la democracia más grande del mundo, que posee una minoría cristiana y una constitución secular atacada cada vez más por los fundamentalistas, la humanidad de la Madre Teresa es incuestionable.
La orden de las Misioneras de la Caridad, fundada por la monja, es respetada en parte porque sus religiosas no tratan de convertir al catolicismo a los necesitados.
Para aquellos enfermos que recibieron ayuda de la Madre Teresa, o para aquellos que aliviaron su hambre con platos de arroz y lentejas proporcionados por la religiosa, su sonrisa era como una vuelta al hogar materno.
"Nosotros nos sentábamos a hablar con ella y era como si estuviéramos hablando con nuestra madre", dijo Lalji Srivastava, un hindú de 32 años cuyos dedos están destrozados por la lepra. "Ella nos decía que estábamos a salvo en su casa. Escuchar a la madre era como escuchar a Dios. No importa si eras cristiano o hindú".
Srivastava ha vivido y trabajado en el Centro para Leprosos de Gandhiji Prem Nivas, en las afueras de Calcuta, durante 18 años. Fue allí donde conoció a su esposa, que también sufre de lepra. El matrimonio tiene cuatro hijos.
La familia trabaja en las ruecas del Centro, donde se producen paños para las prendas de vestir para los pobres y se confeccionan los vestidos blancos y azules que visten las hermanas de las Misioneras de la Caridad.
Nacida bajo el nombre de Agnes Gonxhe Bojaxhiu en Skopie, Macedonia, la madre Teresa murió en Calcuta a los 87 años, el 5 de septiembre de 1997. Vivió casi toda su vida en la India.
El año pasado, el papa Juan Pablo II aprobó el milagro de la cura de Besra, que habría ocurrido en el primer aniversario de la muerte de la Madre Teresa. Para elevarla a los altares se necesita descubrir otro milagro que sea aprobado por el Vaticano.
Besra dijo a The Associated Press que el milagro que le salvó la vida comenzó con una visión.
Los informes sobre la enfermedad de Besra varían, y la paciente no sabe con certeza cuál era el mal que padecía. Algunos médicos dicen que tenía un tumor en el abdomen y otros le diagnosticaron meningitis tubercular.
El doctor Ranjan Mustafi le suministró tabletas contra la tuberculosis.
Debido a su pobreza y su incapacidad de cuidarse por sí sola, Besra dijo que su familia la llevó al auspicio de las Misioneras de la Caridad en Patiram, una ciudad a las afueras de Balurghat.
En la mañana del 5 de septiembre de 1998, primer aniversario de la muerte de la Madre, las hermanas le dijeron a Besra que, aunque fuera hindú, a lo mejor deseaba rezar con ellas en aquel día.
"Cuando acudí a rezar y miré a la foto de la Madre Teresa, vi un rayo de luz salir de sus ojos y me sentí muy mareada", dijo Besra, que habló con mucha pasión. Besra le ha contado la historia cientos de veces a investigadores del Vaticano, a médicos y a periodistas.
"Comencé a temblar y mi corazón latía muy rápido", dijo. "Sentí miedo, como si no supiera lo que me estaba pasando".
Besra dice que las hermanas la llevaron a su habitación y le indicaron que rezara. A las 5 de la tarde, las hermanas le quitaron el sari, le pusieron un pequeño medallón de la Virgen María en una hinchazón que tenía en el abdomen y le dijeron que rezara.
"A la 1 de la mañana me levanté y me sentí muy liviana", dijo Besra, cuya familia se ha convertido desde entonces al catolicismo. "Estaba muy emocionada, levanté a Simira, la mujer que estaba al lado de mi cama, y le dije '¡Mira, (la hinchazón) ya no está!"' .
El reverendo Brian Kolodiejchuk, encargado de investigar el caso, dijo que la misión del Vaticano entrevistó a 113 personas y reunió 35.000 páginas señalando las virtudes de la Madre Teresa, ganadora del premio Nobel de la Paz.
Asimismo, la misión también obtuvo testimonios de los detractores de la Madre Teresa, incluyendo al autor Christopher Hitchens, quien condena a la monja por haber aceptado donaciones de personas de dudosa reputación -- como el financiero estadounidense Charles Keating, involucrado en un escándalo de cajas de ahorro -- sin ocuparse de modernizar sus asilos.
Kolodiejchuk dijo que las acusaciones fueron investigadas y que "al fin y al cabo, no hallaron" nada malo en la Madre Teresa.
El doctor Mustafi concede que la Madre Teresa era una mujer muy virtuosa, pero señaló que no realizó ningún milagro. Dijo que Besra tomó medicamentos durante nueves meses y que "estos le disolvieron el tumor".
"Ella sufrió de una enfermedad... que fue curada por la ciencia médica, no por un milagro", dijo Mustafi por teléfono desde el hospital en el que trataron a Besra.
Kolodiejchuk dijo que el Vaticano le preguntó a cinco médicos en Roma sobre el caso de Besra. "La opinión unánime de los doctores es que no había explicación médica".
Kolodiejchuk agregó que los médicos más escépticos no aceptaron una invitación del comité del Vaticano para expresar sus puntos de vista.
Mustafi dijo que nunca fue contactado por el Vaticano y agregó: "La Madre Teresa debe estar riéndose de todo esto".