05 noviembre 2003
Nueva Delhi, (EFE).- La presidenta de Sri Lanka, Chandrika Kumaratunga, declaró hoy el "estado de emergencia" en el país, con lo que concede plenos poderes a los militares y acrecienta la crisis institucional originada al destituir a tres ministros y suspender el Parlamento.
Un funcionario de la Presidencia dijo que las Fuerzas Armadas y de Seguridad ceilanesas, que ayer tomaron posiciones alrededor de la radio y la televisión oficiales y otras infraestructuras básicas del país, tienen ahora autoridad plena para detener a sospechosos.
La ley permite en Sri Lanka que el estado de emergencia impuesto por orden ejecutiva se mantenga durante un máximo de diez días, y después necesita la aprobación del Parlamento para su prórroga.
La guerrilla secesionista de los Tigres Tamiles, ante la crisis institucional creada por la presidenta ceilanesa, manifestó hoy sus dudas sobre el mantenimiento del alto el fuego con el Gobierno y la continuidad del proceso de paz en Sri Lanka, que ha vivido dos décadas de sangrienta guerra civil.
"El partido de la presidenta Kumaratunga rechazó el martes categóricamente las propuestas de los Tigres de Liberación de la Patria Tamil para crear una Autoridad Interina de autogobierno (en las zonas de mayoría de población tamil), cerrando la posibilidad de reanudar las conversaciones de paz bloqueadas desde hace más de seis meses", señala hoy la guerrilla en su página de internet.
Sin embargo, Kumaratunga recalcó también hoy que "el acuerdo de alto el fuego se mantendrá (...), pues no hay intención de reanudar o provocar la reanudación de las hostilidades" con la guerrilla tamil, según manifestó el asesor de política internacional de la Presidencia, Lakshman Kadirgamar.
Estos sucesos se producen mientras el primer ministro ceilanés, Ranil Wickremesinghe, rival político de Kumaratunga, se encuentra en Washington, donde hoy se entrevistará con el presidente de EU, George W.Bush, tras haber recibido el apoyo de las autoridades norteamericanas en su política de paz con los tamiles.
Wickremesinghe, tras conocer los sucesos, declaró que "la irresponsable y precipitada acción de Kumaratunga tiene el objetivo de sumir al país en el caos y la anarquía", al tiempo que pedía "al pueblo ceilanés y las Fuerzas Armadas que mantengan la calma y permanezcan vigilantes frente a este deliberado intento de acabar con el proceso de paz en la isla".
La comunidad internacional, por medio del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, ha manifestado su preocupación por el futuro de las conversaciones de paz con los tamiles y la estabilidad política de Sri Lanka.
Entre otros países, también se han manifestado preocupados y han instado a Kumaratunga a regresar a la normalidad institucional y a las conversaciones de paz los de la Unión Europea, Estados Unidos y la India.