POR TERESA CERRA CHAVARRÍA
EL SIGLO DE TORREÓN
CD. LERDO, DGO.- Un servicio deficiente y baja calidad es el prestado por los camiones Torreón-Gómez-Lerdo, tanto verdes como rojos provocan innumerables quejas de los usuarios.
Basta con realizar un recorrido en ellos para darse cuenta de la falta de supervisión de la Dirección de Autotransporte del Estado, que son sus reguladores y nada hacen al respecto.
Desde el momento de hacerles la parada o señal para detenerse, si el chofer observa que la persona trae “abono” mejor se sigue de largo como si nunca hubiera visto a nadie.
Ante esta situación, la gente opta por esconder hasta el último su credencial que mes a mes adquiere para el uso de los autobuses, el cual tiene un costo de 150 pesos para los trabajadores y 125 pesos para los estudiantes.
El paso siguiente al detenerse el autobús es subir los tres escalones, ya que ante la desesperación del conductor muchas veces ni siquiera espera y apenas la gente pone un pie arriba arranca con el riesgo que esto representa.
Este problema y queja es común escucharlo con personas de la tercera edad o discapacitados, quienes han sufrido en carne propia la descortesía de los choferes.
Un ejemplo de esto fue la semana pasada, Juan Carlos Rodríguez de Alba de 18 años, con domicilio en la avenida Coronado en Lerdo platicó que a pesar de traer muletas requería de subir a un camión de los llamados “verdes”, apenas podía subir el primer escalón y el chofer le gritaba: “rápido que no tengo todo tu tiempo” y con acelerones lo apresuraba y murmuraba groserías.
Mencionó que esto lo sufren más con los conductores jóvenes, ya que los mayores parecen tener más conciencia y no muestran ese comportamiento tan ofensivo.
Unidades en pésimo estado
A pesar de que las autoridades del transporte hablan y pregonan las constantes verificaciones a las unidades vehiculares, una gran parte de los autobuses están en pésimo estado.
Especialmente el problema puede observarse en los “rojos”, algunos tienen vidrios rotos o estrellados, asientos rotos, pero lo más evidente sobre todo en la parte trasera, son los nauseabundos olores.
Tal parece que dichos camiones son utilizados para sus necesidades fisiológicas, pues huelen a orines.
Otra inconformidad de los usuarios es el exceso de velocidad en que circulan, por ganarse el pasaje manejan de manera imprudente incluso al pasar por zonas escolares o hospitales.
Hasta ahora son mínimos los avances en cuanto al servicio prestado por los camiones Torreón-Gómez-Lerdo.