30 septiembre 2003
NACIONES UNIDAS, (Reuters) - El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, defendió el martes su polémico proyecto de ley que otorga amnistía a los grupos armados acusados de delitos graves, aunque en un gesto conciliador dijo que estaba abierto a modificar el texto final.
En un discurso ante la Asamblea General de la ONU, Uribe dijo que "la paz definitiva es la mejor justicia", en un esfuerzo por mitigar una ola de críticas de organizaciones civiles que denunciaron que el mandatario estaba sacrificando los derechos humanos en aras a terminar una guerra civil que ha durado cuatro décadas.
El gobierno de Uribe lleva a cabo negociaciones para lograr el desarme de las Autodefensas Unidas de Colombia, un grupo paramilitar de ultraderecha que combate a la guerrilla, y ha presentado un proyecto de amnistía que también incluiría negociaciones con rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El proyecto, denominado "alternatividad penal", le daría al presidente la facultad de conmutar las penas carcelarias por una compensación económica a las víctimas de actos terroristas.
Uribe dijo que quería encontrar las herramientas legales que permitan definir "con realismo" el equilibrio entre la necesidad de hacer justicia y asegurar la paz.
"Comprendo la preocupación que surge de atenuar la justicia frente a delitos graves, pero también debe entenderse que en un contexto de 30.000 terroristas (en Colombia), la paz definitiva es la mejor justicia para una nación en la cual varias generaciones no han conocido un día sin actos de terror", dijo.
El presidente habló de "ajustar la ecuación entre justicia y paz para que ésta llegue y se consolide".
No obstante, el mandatario, quien el martes por la tarde viaja a Washington para reunirse con altos funcionarios de la Casa Blanca, se mostró conciliador.
"Queremos el mayor consenso posible. Invitamos a examinar diferentes opciones y a lograr con modificaciones el mejor texto final. Para derrotar el terrorismo no tenemos dilemas", dijo.
Uribe ha mantenido una agria polémica con organizaciones no gubernamentales, algunas de las cuales han sido acusadas por el presidente colombiano de "ser cobardes y politiqueros al servicio del terrorismo".
Sobre las organizaciones no gubernamentales, Uribe dijo que "respetamos las organizaciones y trabajadores de Derechos Humanos que proceden con seriedad, respetamos sus críticas y sugerencias constructivas", aunque dijo reservar el derecho a "disentir frente a informes sesgados".