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Belgrado, Serbia y Montenegro.- Rusia consideró como innecesaria su presencia en los Balcanes, tras dos siglos de permanencia en la zona donde configuró Estados, moldeó las mentalidades y determinó las hostilidades hasta ayer y para tiempos venideros.
La salida de Rusia de los Balcanes, dada a conocer ayer a la prensa local por la cancillería rusa, inició la semana pasada con la evacuación de sus contingentes militares de las misiones de paz en Bosnia y Kosovo.
De acuerdo con el gobierno de Rusia, los gastos de mantenimiento de sus contingentes en Kosovo y Bosnia son elevados (un soldado cobra mil 300 dólares al mes) y que superan los 20 millones de dólares al año.
Una segunda razón, destacó el experto ruso Yuri Morozov en un análisis publicado ayer en el diario Politika, consiste en que, según Moscú, “el esfuerzo pacificador ruso nada influyó sobre la correlación de los poderes políticos y militares en los Balcanes”.
De acuerdo con el diario, luego que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tomó Kosovo y se instaló militarmente cambió la situación estratégica de los Balcanes, se anuló el acuerdo de Potsdam de 1945 y “la zona pasó a depender de Estados Unidos”.
Según el Acuerdo de Potsdam de 1945 y el de Yalta de ese mismo año, los Balcanes eran zona de influencia militar rusa. Lo alteró la ex Yugoslavia al pelearse con Moscú hace 55 años, sin desvincularse del todo de Moscú en lo militar.
Una tercera razón, según el rotativo, es que Moscú no quiere que sus tropas permanezcan en Kosovo mientras Occidente construye allí un estado albanés independiente.
Politika agregó que en esa provincia, de la cual la casi totalidad de la población serbia ha sido expulsada, el proceso de regreso a la normalidad durará posiblemente una década.
Durante dos siglos Moscú determinó las hostilidades en los Balcanes ya que, enemiga de la Turquía musulmana y del Imperio Austria-Hungría con religión católica oficial, ayudó a los cristianos ortodoxos contra ambas partes.
Tras 200 años, esas hostilidades persisten en los Balcanes y su explosión volcánica en la década pasada, en la cual las hostilidades en los campos de batalla coincidieron con la división religiosa.