Lo que los taxistas no ven es que creando el clima adverso, de poca disposición y desacato a la Ley, lo único que están provocando es el rechazo de la ciudadanía.
Sentencia el Alcalde: la Ley no se negocia y tampoco se aplica bajo presiones
TORREÓN, COAH.- Guillermo Anaya advirtió ayer a los transportistas que “dejen de hacerse las víctimas” y mejor se pongan a cuidar su negocio, el servicio público, en el entendido que el dueño de las concesiones es el Municipio.
Para él, “tienen razón los empresarios, los usuarios que también han expresado sus quejas porque los taxistas volvieron a cobrarles por medio del sistema de tarifas, cuando la realidad es que deben ajustarse a los taxímetros y prenderlos, no traerlos de adorno”.
Antayer, el Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada, (CLIP) por medio de Roberto Rodríguez Cruz, pidió “mano dura” hacia este sector del transporte y exhortó al alcalde, Guillermo Anaya, a que no haya más tolerancia y los obligue a usar los controladores de tarifa.
Es cierto, dijo que la sociedad ya está urgiendo que los taxistas se ajusten al Reglamento, a lo que marca la autoridad y “nosotros estamos haciendo lo propio mediante el sistema de calendarización para la reprogramación de los aparatos, vamos a emprender una campaña masiva de orientación a los ciudadanos a fin de que exijan por su parte a los choferes que usen el taxímetro”.
Anaya Llamas sostuvo que el Reglamento de Transporte es muy claro, el uso del taxímetro es obligatorio y “la Ley no se negocia y tampoco se aplica bajo presiones”.
Para el Alcalde, hay una gran confusión que desafortunadamente ha creado problemas serios, ya que por una parte los usuarios piensan que es la autoridad la que ha detenido la operación de estos aparatos, que “somos nosotros los que estamos tolerando las exigencias de los choferes y además es falso que vayamos a dar marcha atrás”.
Según él se hará valer el principio de autoridad , “pues la sociedad está demandando acciones concretas”, es el reflejo de una sociedad que les ha dado muchas oportunidades y esperaba ahora tener un buen servicio con cobros justos”.
Fue entonces cuando mencionó respecto a lo que los usuarios esperaban “que ya no le hagan a la víctima, sino que se ajusten a los lineamientos que marca la autoridad que es el dueño de las concesiones y por otro lado que deben atender un negocio que a ellos les ha redituado dinero durante años y años”.
Es pues por el bien de los taxistas y por el bien de los usuarios, que los primeros deben volver los ojos a la conveniencia de ajustarse al marco de la Ley y ponerse a trabajar, empezando primero por acudir a reprogramar los aparatos de acuerdo con las tarifas de siete pesos el banderazo”.
Lo que los transportistas no ven es que, creando el clima adverso, de poca disposición y desacato a la Ley, lo único que están provocando es el rechazo de la ciudadanía como de hecho está sucediendo ya desde el momento en que la gente no quiere subirse a los taxis.
Postura de los taxistas
“No somos los malos de la película”, declaró Severo Ortiz Aguilar, miembro de Empresarios Unidos del Transporte, al considerar que el gremio taxista es actualmente víctima de linchamiento injusto por parte de empresarios, ciudadanos y autoridades que desconocen la situación por la que atraviesan.
Y expresó que “nosotros no tenemos por qué pagar la factura de un proyecto equivocado de origen”, al referirse a la implementación del taxímetro, a los mecanismos utilizados para ello y finalmente a la determinación de las tarifas.
Acompañado del transportista Víctor Manuel Ordóñez, mostraron diversos documentos que a su juicio demuestran la manera como se ha equivocado sistemáticamente el Comité Técnico en la realización de los estudios que para ellos fueron la base en el cálculo de la tarifa, primero a tres pesos con veinte centavos el banderazo y después, a siete pesos.
Severo Ortiz habló de una nueva generación de empresarios del transporte que ya no bloquea, ya no presiona a la autoridad y que actualmente ni siquiera se opone a operar con el taxímetro, sólo que, el marco de operación que le ha fijado el Comité Técnico del Transporte los ha copado de manera grave en su crecimiento.
Para ellos es importante que la ciudadanía se dé cuenta que “nunca nos tomaron en cuenta para convertir el uso del taxímetro en algo obligatorio, tampoco para fijar la tarifa inicial y fue hasta que se determinaron los siete pesos que pudimos participar en la elaboración de los estudios financieros, porque con el cambio quedó en evidencia que el Comité Técnico se equivocó, cometió un error que ahora mantiene en la desconfianza y temor de los usuarios que por ese motivo han dejado de usar el taxi.
Las autoridades no han tenido la voluntad de reconocer que se equivocaron y que a causa de los estudios financieros imprecisos que elaboró el Comité Técnico “le crearon serios problemas a Guillermo Anaya”.
De alguna manera, los representantes transportistas también responsabilizaron a las autoridades municipales como parte importante en el fracaso de este proyecto, al asegurar que hubo compromisos por escrito de difundir a la ciudadanía sobre el uso del taxímetro, pero no cumplieron y ahora “pretenden satanizarnos a nosotros”.
Se justificaron que no pueden pagar el taxímetro debido a las fuertes pérdidas económicas que registran y que esperan un nuevo plazo de las autoridades para reprogramarlos todos de acuerdo a la nueva tarifa y así “empezar todos parejos”.
Los taxistas están dispuestos a demostrar a la ciudadanía que les interesan como usuarios y que incluso promoverán ante las autoridades municipales la creación de una Academia de Capacitación para educar a los trabajadores del volante.