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Del Tintero/ Un sistema alimentado de pretextos

Fidencio Treviño Maldonado

Desde que se inventaron los pretextos, se acabaron los pend..ientes... Refrán popular

Ante la ineptitud e inoperancia de nuestro sistema político a cualquier nivel, los funcionarios esgrimen pretextos como escudo a sus yerros y desaseos de toda índole.

Cobijados los mexicanos en nuestra idiosincrasia y como una falta de autorrespeto sacamos pretextos de donde quiera y la mayoría de las veces no somos tan valientes para admitir nuestra culpabilidad, menos veremos algún día a un político o funcionario ofreciendo disculpas y aceptando su anomia.

Un sistema de usos y costumbres en el que lo que sobran son los actos fútiles ante los retos que exigen los tiempos y las formas que se deben dar para gobernar con civilidad.

Un cúmulo de excusas es lo que los políticos sacan, cual si fueran magos e hicieran aparecer de sus chisteras palomas y conejos, oropel reciclado por otros gobernantes y siempre culpando a administraciones anteriores como herencia testamentaria que obviamente paga el pueblo.

Mentiras que se bifurcan entre la corrupción y las evasivas de los que nadie está a salvo, incluyendo el Poder Judicial que ante su incuria ni siquiera ofrece disculpas, porque simple y llanamente no existen y como están las cosas en lo que a justicia se refiere con los pesos completos como Ángel Isidoro “El Divino” Rodríguez, Rogelio Montemayor Seguy, David Peñaloza, Carlos Cabal Peniche, Carlos Romero Deschamps y Ricardo Aldana, los ladrones del Robaproa y otras ratas gordas de cola larga de las que sobre hechos, no hay objeciones.

Un mal razonado y alentado por mentes maquiavélicas es el proyecto nacional que impera en el entorno social y político de nuestro sistema, cada día se antoja más lejano el rasgo democrático, del que tanto se ufanan los jilgueros del régimen y los que viven mamando de la teta presupuestal, en el mundo feliz de su propia Disneylandia.

-De pretextos están llenos los panteones, reza un refrán popular y en México son millones de miserables los que pululan en los cinturones y franjas de miseria, fabricados por engaños y lo que tendría que ser una vergüenza nacional, es sólo una cifra alegre y gráficas a colores, guardando siempre una dicotomía, que es el desaire y la mitomanía latente buscando una justificación inexistente.

Las tragedias siempre traen compañía y son las mentiras las que nunca se justifican y parecen ser hereditarias ya que desde tiempos inmemorables las hemos venido padeciendo, en tiempos de Díaz Ordaz él asumió la responsabilidad de la masacre a jóvenes y es fecha después de más de 30 años de la noche de Tlatelolco que sólo hay miles de fojas y denuncias y ante esto están los millones de pretextos políticos más poderosos que la espada de Damocles.

Luis Echeverría con su populismo hundió al país, nunca dio explicación. López Portillo y su sexenio corrupto, lloró en una escena que bien le podía valer todos los Óscares de la Academia y sus frases quedaron en el salón de la ignominia; la 1ª: “Defenderé el peso como un perro” y la 2ª “En la abundancia tenemos que enseñarnos a administrar nuestra riqueza”.

Los pretextos de todos los demás presidentes, incluyendo a Fox llenarían un tomo más grueso que la traducción que Lutero hizo de la Biblia. Es decir, entre pretextos y actos llenos de falacia, se nos ha mantenido por años y con medusas y quimeras políticas es como se alimenta el sistema que se vuelve cada vez más confuso, difuso y profuso con los pretextos que anteponen nuestros gobernantes a cualquier nivel para elevar la calidad de sus gobernados.

En un país tan grande y aún con recursos por doquier y con una rica historia cultural no debe haber pretextos que valgan para tener millones de miserables, sostener gambas de ratas desfalcadoras y un buffet de corruptelas con cargo a un pobre pueblo que paga carretadas de millones a sus políticos, funcionarios y gobernantes amén de lo que cínicamente se rapiñan, no es justo y no se vale que ante una u otra aclaración sólo lamentaciones y pretextos sean la comidilla del día.

Las grandes culturas y las naciones que han prosperado, tienen sin duda gobernantes que ante los grandes retos dan la cara y no se esconden bajo argumentos que son propios de un monifato.

Correo e-linga__1031@hotmail.com

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