Agencias
MONROVIA, LIBERIA.- La embajada de Estados Unidos en la desgarrada capital liberiana de Monrovia pidió ayer a los rebeldes que buscan derrocar al presidente Charles Taylor que cesen el fuego y se retiren de la ciudad.
El embajador estadounidense, John Blaney, dijo a periodistas que el gobierno de Liberia aceptó el río Po, a 12 kilómetros de Monrovia, como la nueva línea divisoria entre las fuerzas leales y los guerrilleros. Pidió a los miembros del grupo Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia (LURD) hacer los mismo.
Horas antes de esta declaración, rebeldes liberianos avanzaban contra las fuerzas de Taylor, un ex señor de la guerra quien ha prometido dimitir cuando lleguen los pacificadores y que dijo que más de 1,000 personas han muerto en enfrentamientos en los últimos ocho días.
Fuentes militares dijeron que los rebeldes del LURD habían avanzado el sábado en una carretera clave que llega al centro de Monrovia a través de los populosos suburbios, a pesar de una promesa unilateral de alto el fuego.
En el sur de Monrovia, otro grupo rebelde conocido como Model lanzó nuevos ataques y los habitantes dijeron que había combates a unos 30 kilómetros del segundo puerto de Liberia, Buchanan.
Taylor, que controla menos de un tercio del país y ha sido procesado en un tribunal de crímenes de guerra en Sierra Leona que está respaldado por la ONU, reiteró ayer su promesa de dimitir. Dijo que entregaría el poder a su vicepresidente o al portavoz del Parlamento.
Taylor no explicó exactamente qué determinaría su elección o cuando se marcharía, excepto que sucedería cuando llegaran las tropas extranjeras.
Sin embargo, aún tienen que cerrarse una serie de detalles para el despliegue de soldados procedentes de África occidental y no está claro si llegarán mientras continúen las luchas.