Reuters
BOGOTÁ, COLOMBIA.- Los 160 miembros de una fracción de los grupos paramilitares de Colombia entregaron ayer sus armas en la zona indígena de Cajibío, suroeste del país, en un acto encabezado por el Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo.
Esta es la segunda desmovilización de miembros de las bandas paramilitares desde que el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez inició hace un año conversaciones con varios grupos ultraderechistas, entre los que se destacan las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Hace dos semanas, 855 miembros del Bloque Nutibara, que actuaba en la nororiental ciudad de Medellín, entregaron sus armas y dieron inicio a un proceso de desarme que debe concluir antes de diciembre de 2005 con la desmovilización de 13 mil integrantes de las AUC.
La entrega de ayer se realizó en la aldea El Edén, un paraje del municipio de Cajibío, en el sureño departamento de Cauca, donde esta fracción independiente de las Autodefensas actuaba hace más de 20 años.
En el acto de desmovilización, el comisionado Restrepo aseguró que el Gobierno tiene las puertas abiertas a quienes estén dispuestos a dejar las armas a integrarse a la vida civil.
“Les mando un mensaje claro a las organizaciones armadas al margen de la Ley y es que confíen en el Gobierno”, dijo el comisionado a la radio RCN.
El grupo que se entregó ayer es el más antiguo del país y es calificado como independiente, por lo cual tenía una mesa de negociación diferente a la de las AUC.
El gobernador de Cauca, el indígena Floro Tunubalá, indicó a los periodistas que el grupo que se desmovilizó es atípico pues se trata de auténticas autodefensas campesinas que defendían sus tierras de grupos guerrilleros izquierdistas.
Agregó que los miembros de ACO que entregaron sus armas nunca cometieron masacres o secuestros y sólo entraron en combate cuando recibieron presiones de grupos armados externos.
El propio Restrepo reconoció que son “auténticas autodefensas campesinas”, lo que significa que operaban de manera diferente a las AUC.
Los grupos ultraderechistas de las AUC son acusadas de numerosas masacres, crímenes de lesa humanidad y en muchos casos de haberse apropiado de tierras de sus víctimas con la disculpa de perseguir a los auxiliadores de la guerrilla.
Restrepo anunció que ahora se buscará integrar una mesa única nacional para desmovilizar el resto de grupos de autodefensa y dijo que las puertas están abiertas también para miembros de la guerrilla y de otras organizaciones que quieran dejar las armas.