MEXICO, D.F., (SUNAEE).- Hasta hace poco tiempo se creía que la depresión era como una cadena perpetua, contra la que no había nada que hacer y no se le consideraba una enfermedad, pero después de profundos estudios los científicos cuentan con armas para atacarla y proporcionar mejores condiciones de vida, a quienes son candidatos potenciales al suicidio.
El doctor Jaime Javier Aguilar, médico siquiatra de la Clínica San Rafael, señala que entre más modernos sean los medicamentos para tratar la depresión, mayor posibilidad de efectividad y menores efectos secundarios, pero deben ser prescritos por un especialista. Agrega que hay modernos fármacos que están diseñados para contrarrestar los síntomas comunes del mal como trastornos del dormir y baja en el deseo sexual, lo cual logran restaurando la estructura del sueño, y en el aspecto sexual, a diferencia de otros tratamientos, no causan disfunción sexual.
El doctor Aguilar dice que una depresión severa puede llevar a pensar en el suicidio como una forma de escape. Lo importante en estos casos de cuadros depresivos, es lograr ayuda profesional a tiempo para resolver el problema y superar los sentimientos autodestructivos. Es importante contar con el apoyo y participación de la familia en las terapias, ya que es habitual que estas conductas depresivas, que llevan al suicidio, sean producto de una mala integración familiar. Pero lo fundamental es que quienes sientan depresión de una forma crónica entiendan que afecta a todas las personas. Es una experiencia humana frecuente.
Lo que no se debe permitir es dejarse abatir por ella y buscarle un sentido a las cosas y a la vida, dice el especialista.
Los tres síntomas de la depresión relacionados con el suicidio son: aumento del insomnio, abandono del cuidado personal y deterioro cognitivo.
De acuerdo con los especialistas, la depresión es una alteración patológica del estado de ánimo, acompañada de la pérdida del humor que se convierte en tristeza, y es tan común que por lo mismo las personas no buscan ayuda siquiátrica, por lo que cuando no se atiende a tiempo evoluciona hasta el punto de asociarse con irregularidades en los mensajeros químicos del cerebro, principalmente, como son la serotonina, la acetilcolina y la noradrenalina; al grado en que estos mensajeros químicos se ven alterados pueden ser determinados por otros factores tales como sensibilidad ligera o genética.