EFE
MADRID, ESPAÑA.- La Policía española desactivó ayer un explosivo colocado por ETA en una línea férrea del norte del país, en lo que supone el cuarto artefacto localizado en las últimas horas, que forma parte de la serie de atentados que la banda terrorista pretendía cometer en plena Navidad.
El explosivo, con dos kilos de dinamita, había sido colocado en la línea férrea que une Zaragoza con Barcelona, en el noreste del país, en el término municipal de Samper de Calanda, según fuentes policiales.
La búsqueda del artefacto se inició tras las declaraciones a la Policía de los dos presuntos etarras detenidos el pasado miércoles en el País Vasco, Gorka Loran y Garikoitz Arruarte, quienes supuestamente pretendían hacer explotar dos bombas en la estación de Chamartín, una de las mayores de la capital de España, el día de Nochebuena.
A los dos presuntos terroristas, la Policía española también atribuye la activación de un explosivo el pasado martes, en la línea Zaragoza-Alsasua, que no causó daños personales.
El nuevo artefacto fue encontrado ayer y tras su desactivación, las autoridades ordenaron la reanudación del tráfico por ferrocarril, que había sido suspendido horas antes.
Al parecer, según fuentes de la lucha antiterrorista, la bomba se encontraba dentro de una fiambrera que los presuntos terroristas habían ocultado junto a la vía, para que explotase por medio de un temporizador, aunque no se ha podido determinar cuándo estaba previsto que estallase.
Según explicó ayer el ministro español de Interior, Gorka Loran y Garikoitz Arruarte reconocieron ante la Policía haber colocado tanto este explosivo como el que estalló el martes.
También se reconocieron responsables de los dos artefactos instalados en sendas maletas que intentaron colocar el día de Nochebuena en el tren que hacía el trayecto entre Irún (norte) y la estación de Chamartín, en una de las jornadas de mayor tráfico de viajeros del año.
De estos artefactos, uno fue encontrado antes de ser instalado en el convoy ferroviario y el otro se localizó y explosionó en la ciudad castellana de Burgos, tras ser desalojado el tren y sin provocar víctimas ni daños de consideración.
El ministro del Interior aseguró que si hubieran explotado estos artefactos a la llegada del tren a su destino, se habría producido una “catástrofe” de “grandes dimensiones”, dada la dificultad de desalojar una estación como la de Chamartín, de grandes dimensiones y centro de muchas conexiones interregionales.
Para Acebes, “ETA está muy golpeada, gracias a la cooperación internacional, pero tiene aún capacidad para cometer atentados”.