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El presidente Álvaro Uribe llama a los elementos insurgentes a la rendición a cambio de apoyo
Bogotá, Colombia.- Las autoridades colombianas confirmaron ayer el hallazgo de un coche bomba cerca de la capital, que fue desactivado, y la desarticulación de un secuestro masivo en una carretera del norte del país.
El reporte militar precisó que un automóvil cargado con explosivos, al parecer preparado para atentar contra patrullas militares o instalaciones estatales, fue encontrado en una carretera del municipio de Guasca, 55 kilómetros al noreste de Bogotá.
El coche bomba habría sido abandonado por miembros de las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) junto con otra carga armada con 50 kilogramos del explosivo "anfo".
Las tropas regulares frustraron por su parte un secuestro masivo que pretendían realizar las FARC en el sector La Posa, en el Departamento del Magdalena, en el norte del país.
Guerrilleros de las FARC instalaron un retén ilegal en la zona, pero al notar la rápida reacción del ejército huyeron hacia la región montañosa de la Sierra Nevada de Santa Marta.
La acción estaba encaminada a sabotear las caravanas turísticas "Vive Colombia, Viaja por ella", patrocinadas por el gobierno, que aumentó los controles militares con el ánimo de aumentar el flujo de viajeros por las carreteras del país.
Llamado presidencial
El presidente Álvaro Uribe exhortó a guerrilleros y paramilitares a que abandonen las armas y se acojan al programa gubernamental de reinserción social con beneficios económicos.
"Hacemos este llamado a todos esos jóvenes implicados en estas agrupaciones para que desintegren rápidamente esas organizaciones terroristas y nos ayuden a construir nación", dijo Uribe el sábado durante un Consejo Comunal de gobierno en La Tebaida, municipio del occidente del país.
Agregó que quienes están en la guerrilla o los grupos paramilitares "tienen que saber que el gobierno tiene la firmeza para perseguir las acciones violentas, pero también está jugado por la paz que tiene que ser a las buenas o a las malas porque no podemos dar más plazo a este país que ha sufrido tanto".
El llamado Programa de Atención al Desmovilizado creado para acoger a los desertores de los grupos armados ha recibido durante los primeros 80 días de este año a 275 personas, según un informe del Ministerio de Defensa.
La mayor parte de los desertores, 156, pertenecían a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la más grande y antigua de las guerrillas del país, mientras 67 eran parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el segundo grupo guerrillero de Colombia.