A ritmo de baladas rítmicas, bailes, saltos, fervor y alabanzas, unos 4 mil católicos seguidores del apostolado de la renovación carismática en el Espíritu Santo llenaron el Auditorio del Pueblo para celebrar de manera anticipada la festividad del Pentecostés 2003, mientras que el predicador Dario Betancourt, un sacerdote newyorquino oró por la sanación de enfermos.
La música de un conjunto con bateria, órgano, guitarras eléctricas y panderos, invadió toda la duela y las grandas del auditorio, y arrebató la euforia de alabanza de los católicos carismáticos que desde las nueve de la mañana se habían congregado para participar en el Encuentro Pentecostés.
El ritmo movido de las canciones generaron un baile uniforme de los católicos, con pasos casi sincronizados, hubo gritos de alabanza, gentes llorando por la euforia y el sentimiento de la vivencia y las predicaciones del sacerdote procedente de New York, pero también se generó una devoción tradicional en la procesión del Santísimo Sacramento del Altar.
El padre Dario Betancourt expresó que en un mundo tan difícil como el actual, no hay cabida para el desamor, la soberbia o el orgullo, “solamente hay espacio para el carisma del amor” que puede generar cambios positivos en la vida de las personas y las familias, enfatizó.
El mandamiento nuevo, no sólo es un escrito o un mensaje más, sino que es reto que deben asumir todas las familias católicas, señaló el sacerdote predicador, quien coordinó una sesión de oración por los enfermos y sanación.
Con casi 40 años de vida sacerdotal, el padre Betancourt exigió a los católicos carismáticos una actitud de donación a las cosas de Dios y amor profundo a la Virgen María, como dos elementos escenciales para propiciar un ambiente de amor y fraternidad entre las personas.
Por su parte, el padre Manuel Ruiz Serrano, asesor del Movimiento Católico de Renovación Carismática en el Espíritu Santo, expresó que la celebración de la llegada del Espíritu Santo, está orientada a motivar un gesto de valentía entre los católicos, que viven en un ambiente de miedo por asumir su fe con autenticidad y de testimonio evangélico.
Bajo las condiciones actuales, el católico debe asumir una vivencia alegre, de fortaleza y de gracia de Dios, a través de los sacramentos, la oración y la participación en la vida pastoral de la Iglesia, apuntó el padre Ruiz Serrano.
Los mensajes de los sacerdotes involucrados en el encuentro se orientaron a los temas del amor, la fe y la vivencia de la gracia de Dios, mientras que los católicos no se separaron del fervor y el ritmo de los cánticos evangélicos.