AGENCIAS
Washington EU.- El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, negó que Washington se proponga atacar Siria o Irán y abogó por la amistad con Rusia, en una entrevista emitida ayer por la televisión rusa, en la víspera de su visita a San Petersburgo.
Bush respondió con un triple “no” a la pregunta sobre si EU, una vez derrocado el régimen de Saddam Hussein en Iraq, se prepara para atacar Irán, otro de los países incluidos por Washington en un “eje del mal” de Estados proscritos.
El Mandatario estadounidense calificó de “conjeturas” las versiones de la prensa sobre supuestos planes de Washington para invadir Irán desde Iraq, con un segundo frente abierto en los países ex soviéticos del Cáucaso, como Azerbaiyán y Georgia.
“A la gente le gusta hacer conjeturas sobre nuestros planes militares, pero responderé que se trata de meras suposiciones infundadas”, señaló.
Según Bush, la Casa Blanca ha decidido emplear la fuerza en Iraq “sólo después de que fracasaran los numerosos esfuerzos diplomáticos” para resolver la crisis.
“He agotado todas las vías diplomáticas en intentos de llegar a una decisión conjunta (en la ONU) sobre lo que debía hacerse con el régimen de Hussein y sus armas de destrucción masiva”, dijo el Presidente a la cadena estatal de televisión rusa “Rossía”.
Bush se mostró convencido de que, una vez terminada la guerra, “el pueblo de Iraq es capaz de elegir” un Gobierno propio, aunque subrayó que “aún hay que hacer mucho para poner en marcha un proceso democrático y, ante todo, mejorar la vida de la población” iraquí.
El dirigente estadounidense dijo que espera “con impaciencia” su visita este fin de semana a San Petersburgo, adonde ha sido invitado por su colega ruso, Vladimir Putin, para los festejos por el tricentenario de la antigua capital zarista.
También destacó que en esta cumbre extraoficial Putin y él tienen previsto intercambiar las cartas de ratificación del llamado Tratado de Moscú, firmado por ambos hace un año para reducir a un tercio los arsenales nucleares de cada país.
Bush y Putin celebrarán mañana una cumbre en la que se presenta como el principal escollo el problema de la ayuda rusa al programa nuclear de Irán que, en opinión de Washington, Teherán aprovecha para fabricar bombas atómicas.