Orlando Lizama
Washington (EFE).- Científicos estadounidenses han desvirtuado la extravagante teoría que asegura que muchas de las formaciones pétreas geométricas que se hallan en zonas despobladas del hemisferio norte del planeta fueron obra de extraterrestres.
En un estudio que publicará mañana, viernes, la revista "Science", los científicos señalan que los círculos, polígonos, laberintos y otras formaciones de rocas tienen una explicación muy compleja, pero científica, basada en el clima extremo.
Lo que mueve las piedras, por tanto, no es la actuación de seres extraños, ni extraterrestres, ni duendes, ni fuerzas poderosas presentes en esas zonas remotas de alta montaña o próximas al Círculo Polar Artico.
Desde tiempos inmemoriales, muchas civilizaciones han explicado esas formaciones como mensajes de los primeros habitantes de la Tierra a seres extraterrestres o hasta como pistas de descenso o aterrizaje para supuestas naves con remotos visitantes espaciales.
Pero los científicos del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de California señalan que no hay nada de extraño en los círculos o polígonos pétreos.
Simplemente se trata de un fenómeno cíclico de congelación y deshielo del suelo que pone en marcha mecanismos geológicos que generan las formaciones geométricas.
"Estos patrones se forman a través de la auto organización y los mismos procesos fundamentales son los que actúan en la formación de patrones diferentes", explicó Mark Kessler, geólogo del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de California.
Kessler dijo haber desarrollado un modelo numérico de los procesos de auto organización de estos patrones que los geólogos denominan como "terreno modelado".
"El modelo es esencialmente una hipótesis de lo que es importante en la formación del terreno modelado", indicó el científico.
"Cuando se aplica el modelo en una computadora, se puede advertir la evolución del patrón con el tiempo y es posible notar cómo los pequeños cambios en los parámetros clave tienen como resultado la transición de un patrón a otro", agregó.
Según Kessler, los patrones del movimiento surgen principalmente debido a la influencia de dos mecanismos: el desplazamiento lateral, que empuja las piedras hacia sectores de mayor o menor concentración pétrea y la presión, que causa un desplazamiento lineal de esas piedras.
La fuerza relativa y la presión, además de la inclinación del terreno y la proporción de piedras en relación con el suelo son los factores que determinarán el patrón, señaló.
El geólogo indicó a la publicación que ambos mecanismos son influidos por los procesos de congelación y deshielo del suelo.
Cuando el terreno se descongela, el suelo comprimido absorbe agua y se expande. Esa expansión ocurre de manera vertical sin revertir el desplazamiento lateral, explicó.
Kessler señaló que hasta ahora no había una explicación coherente sobre la formación natural de agrupamientos de piedras, de polígonos o de laberintos.
Sin embargo, señaló que "nuestro modelo indica que los polígonos se crean cuando la presión es lo suficientemente fuerte como para contrarrestar los efectos del desplazamiento lateral".
Los investigadores compararon los patrones generados por su modelo informático con los observados en la naturaleza, utilizando para ello fotografía aérea de redes poligonales en Alaska.
Las mediciones de los polígonos generados por computadores y los que se forman naturalmente fueron consistentes, y una de las características interesantes fue, en ambos modelos, la tendencia a la formación de intersecciones con ángulos similares en esas líneas de intersección, señaló.
El científico considera que una de las razones por las cuales no se habían explicado estos patrones es el hecho de que ocurren en zonas remotas, alejadas de las regiones templadas donde vive la mayoría de los científicos.
"Si estos patrones existieran en las cercanías de aquí (California), creo que los habríamos descifrado hace mucho tiempo", dijo Kessler.