Se trabaja en la defensa legal de casi una docena de multas que impuso la Profepa a clínicas y hospitales
El presidente del Colegio Médico de Durango dice desconocer si es o no deficiente el manejo de los residuos biológico-infecciosos en las instituciones de salud de Durango; sin embargo, fuentes cercanas al Departamento Jurídico de la Secretaría de Salud aseguraron a El Siglo que esa área está trabajando en la defensa legal para atacar casi una docena de multas que impuso la Profepa a las clínicas y hospitales de esa dependencia, a causa de un manejo inapropiado de los productos biológico-infecciosos.
A pesar de que enfatizó: “Desconozco totalmente esa situación, pues no trabajo para Salubridad”, Julio Díaz Castañeda fue claro al resaltar: “Sería sumamente peligroso que los desechos de este tipo fueran tratados de manera inapropiada por el personal; pero aquí debemos reconocer que la labor de seguridad en el uso de esos productos empieza desde el que tiene el primer contacto, que es el personal de salud”.
Díaz remarcó que no saber exactamente cuál es el tratamiento que debe darse a los PBI o, peor aún, ignorar en forma total los requisitos que marca la ley y que vigila la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente en este sentido. Implicaría un riesgo tanto para el personal que no está capacitado eficazmente para las labores de acopio en el interior de una clínica o un hospital, como para el que se encarga de recolectarlo en ese tipo de nosocomios.
“Es un riesgo grave, porque si el trabajador ignora cómo manejar, distribuir y recopilar los desechos biológico-infecciosos de la sanidad, o si ignora la procedencia de la basura, puede contraer todo tipo de infecciones. Una situación en el manejo de estos residuos puede dañar a otras personas involucradas en el tratamiento de los desechos”.
Según la información a la que tuvo acceso este matutino, la SSA está preparando las solicitudes de amparo para presentarlas ante el órgano jurisdiccional federal, a fin de combatir las infracciones que levantó la delegación de Profepa al Hospital General de Durango, a los centros de salud de la capital y a las clínicas y hospitales de Santiago Papasquiaro, Lerdo, Gómez Palacio y otras municipalidades.
Julio dijo en ese sentido que los médicos y el resto del personal de salud de ésa y todas las instituciones que brindan servicios médicos, públicas y privadas, deben estar capacitados para manejar los desechos biológico-infecciosos desde que los usaron con algún paciente.
De esta forma, los referidos residuos estarían más controlados en su acopio de inicio, y la cadena de seguridad sobre los mismos continuaría, siempre y cuando las instancias de salud cuenten con un área específica para realizar las tareas relacionadas con el manejo de los PBI.
“Lamentablemente esto es también cuestión de cultura, porque, debo ser sincero, nosotros mismos (los médicos) muchas veces no sabemos cómo darle trámite a los biológico-infecciosos, o puede ser que sí sepamos, pero por falta de interés dejamos de hacerlo, iniciando así la cadena irregular”, concluyó el galeno.