Notimex
LIMA, PERÚ.- Una misión religiosa peruana descubrió hace unas semanas a una tribu de la etnia asháninka que vive aislada a 200 kilómetros de las ruinas de Machu Picchu y que sólo entienden su lengua nativa, reveló el antropólogo Michel Saénz.
Saénz, de nacionalidad francesa, señaló en un estudio difundido el martes que el área donde se encontró en octubre pasado a ese grupo formó parte del Antisuyo, nomenclatura utilizada para designar a las tierras situadas al este del imperio incaico.
Esa zona representa el último refugio preservado de las familias del tronco lingüístico Arawac Preandino y se ubica en las mesetas que dominan los cañones del Ramiro y del Cubeta.
Los nativos, quienes se encuentran aislados, no se relacionan con la sociedad moderna y nunca habían visto a personas de otra raza, aunque si tenían contactos esporádicos con otras familias de su etnia.
Según el antropólogo, los indígenas no poseen ningún utensilio de la sociedad moderna y sólo ocupan enseres elaborados por ellos, como ollas de barro, mientras que su ropa, una especie de túnica, es confeccionada con corteza de árbol.
Indicó que se llaman unos a otros como padres, hermanos, tíos, cuñados, padre y madre en su lengua nativa, y que utilizan con mucha frecuencia el término “osheki’’, que significa bastante.
El antropólogo dijo que miles de nativos selváticos peruanos fueron obligados a aislarse de la sociedad moderna en el Siglo XX para escapar de las medievales correrías fomentadas por miembros prominentes de este país.
Para seguir libres y lejos de la colonización, el narcotráfico, la violencia política y la explotación petrolera, innumerables familias asháninkas, machiguengas y caquintes se aislaron en sitios muy inaccesibles y remotos.
Entre otros lugares, se ubicaron en la explorada Cordillera de Vilcabamba, un lugar de casi dos millones de hectáreas donde se ubica el refugio donde en fecha reciente fue hallada la tribu asháninka.
Según el investigador, la comunidad más cercana a la tribu está situada a un día de travesía por embarcación desde Puerto Ocopa, a donde se llega desde Satipo (Junín) tras dos horas de camino por una carretera de tierra.
En total, en la selva hay 250 familias asháninkas, machiguengas y caquintes que viven en un aislamiento voluntario en áreas protegidas por el gobierno peruano y el Parque Nacional Otishi.
Señaló que 42 grupos étnicos viven en la Amazonía peruana desde 1950, mientras que 11 etnias y 18 pueblos nativos ven peligrar su existencia debido a la destrucción progresiva de su hábitat.
De acuerdo con un censo oficial, 52 mil 461 personas forman la comunidad asháninka, el grupo más numeroso de la amazonía.