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Descubrimiento de América

Fernando Villa

Con el 12 de octubre llega a la memoria el descubrimiento de América, una fecha de trascendental importancia ya que a ése debemos nuestra existencia, para el mundo en general es una fecha crucial ya que se descubrió una parte del mundo y dio lugar al último gran empuje para la integración global de la humanidad.

En el tejido de la historia, parte voluntad y parte suerte, los reinos de Aragón y Castilla personificados en Fernando e Isabel, los reyes católicos, se logró la victoria sobre los Moros de Granada.

La integración y fortaleza de España permitió las múltiples posibilidades que el atrevimiento, valentía y la fe pudieron cristalizar en realidades, el deseo de riqueza y poder, así como la extensión de la fe católica los empujó a buscar una ruta a la India y China; el carácter y orgullo español llevó la empresa que nos ha dado origen, heredamos sus genes, cultura, idioma y religión, pero rechazamos absurdamente el orgullo.

Cristóbal Colón fue el navegante que saliendo del Puerto de Palos el tres de agosto del año 1492, comenzó la aventura que duró 69 días (había dicho que llegaría a las Indias en aproximadamente 38), en forma inesperada descubrió una isla que creyó era parte de las Indias, el día 12 de octubre del año 1492 y con este acontecimiento histórico comenzó a entretejerse nuestra existencia.

Imaginar el impacto del descubrimiento mutuo de dos mundos aparentemente tan diferentes, pero compartiendo la esencia de lo humano es apasionante; pero no debe la emoción rebasar el entendimiento de este trascendental acontecimiento, ya que cuando así sucede, las conclusiones pueden no ser sólo lamentables errores, sino tener una enorme e incalculable consecuencias sobre nuestra personalidad y cultura.

España en ese tiempo fue la orgullosa defensora de la cristiandad europea, su poder militar y político los llevó a una sensación de superioridad. En América, los Aztecas e Incas tenían una sensación semejante, fueron entonces en su época los grupos humanos más exitosos de sus mundos los que se descubrieron y fundieron.

Cuando Hernando Cortés conquistó la gran Tenochtitlan y Pizarro dominó el imperio Inca, los españoles y americanos quedamos unidos en forma definitiva. La biología produjo los cambios físicos, pero el efecto psicológico en nosotros ha sido en general lamentable y absurdo.

La educación ha provocado emociones erradas respecto a España debido a una visión parcial de la historia, no tomamos en cuanta u olvidamos las admirables capacidades de este pueblo que los ha llevado a ser exitosos y cuyas virtudes podemos admirar en su historia y cultura.

También olvidamos o no queremos ver que somos culturalmente españoles en un porcentaje muy elevado, su influencia racial es variable, pero con más presencia en el centro y norte, respecto a nuestro origen indígena se entremezclan emociones contradictorias que confunden.

En general existe lástima por haber sido ellos los vencidos, aparente respeto por la cultura que construyeron en el pasado, pero cierto y frecuentemente no confesado desprecio por su situación actual, debido a la fantasía de superioridad racial europea no existe en general orgullo por las manifestaciones físicas que no correspondan a las caucásicas.

Lo más grave es que existe un sentimiento de inferioridad respecto a nuestras características indígenas, la fantasía de los demás es molesta, pero la nuestra es destructiva.

Los errores acerca de lo que los españoles vieron en los indios, y la forma como los indios percibieron a los españoles es entendible dadas las aparentes y reales diferencias físicas y culturales, continuamos equivocándonos acerca de lo que son los españoles e indios agregándose los errores de lo que somos como resultado de la mezcla.

En esa época los españoles debieron horrorizarse de la religión azteca que llevaba sus creencias al extremo de tener la certeza de un inminente desastre al dejar de salir el Sol como resultado de la lucha entre los dioses, los sacrificios humanos de centenares e incluso miles de personas para agradar y fortalecer a los dioses benignos debió ser un choque psicológico enorme para los católicos españoles.

No dudaron en considerar dichas costumbres como producto del poder mítico maligno al que temían profundamente y que personificaba el diablo, el concepto del indio como persona fue de malignidad e inferioridad debido a las diferencias físicas, costumbres y religión; sin embargo, las autoridades de la iglesia católica llegaron a la conclusión final de que los indios tenían alma por ser parte de las siete tribus perdidas de Israel, por lo tanto también eran hijos de Dios, esto pudo disminuir la destructividad contra ellos, permitiendo el mestizaje. Los protestantes dentro de sus convicciones religiosas no consideraron que los americanos fueran hijos de Dios lo que permitió que fueran casi exterminados por los antepasados de los primeros europeos de nuestro vecino del norte.

Los americanos tuvieron un impacto psicológico mayor al ver personas que tenían características físicas diferentes, montaban caballos, tenían armaduras y armas de fuego, los aztecas los consideraron dioses, su derrota causó gran inseguridad y el orgullo humano fue dañado profunda e intensamente, es posible que dicho daño aún no desaparezca y sea el origen de muchas de nuestra limitaciones, miedos y odios.

México como pueblo, raza y cultura es el resultado de la mezcla de españoles con americanos y en menor, pero importante grado con los esclavos traídos de África, elemento racial que provoca aún vergüenza y por esa razón poco se habla de ello, el no considerar a estas razas esencialmente iguales en inteligencia y emotividad es la explicación de creencias de inferioridad que nos atormentan, limitan y llevan a tener actitudes inadecuadas respecto a nosotros y a los demás, Vasconcelos intentó curarnos.

Es absurdo que en mi país se continúe viviendo la paradoja de rechazar nuestro origen español, ignorando que a través de ellos llegó la cultura que se acrisoló en Europa como resultado de muchas razas y culturas, e intentar ignorar el dramatismo de la cultura prehispánica de temor intenso a los dioses o la enorme capacidad intelectual que los llevó a tener una complicada cultura a pesar de vivir en aislamiento.

El 12 de octubre del año 1492 comenzó nuestra existencia.

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