YOLANDA RÍOS RODRÍGUEZ
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Programas de pavimentación vienen y van, sin embargo para los vecinos de la calle Cuarta en la colonia Antigua Aceitera, contar con asfalto afuera de sus casas es como un sueño desde hace veinte años en que fue creada esa sección de viviendas.
No entienden por qué, a pocos metros de distancia, precisamente donde se une la calle Luis Reyna, hasta ahí llegó la pavimentación durante la administración de Jorge Zermeño y junto con ello, sus esperanzas de tener su calle bien arreglada, quedaron sólo en eso.
Vecinos del sector narran la gran cantidad de gestiones que han realizado en la presidencia municipal durante el año por terminar, concretamente en Atención Ciudadana, así como en Desarrollo Humano para que “alguien nos haga caso y nos mande pavimentar, pero nos dicen que sí y así llevamos años”.
Es curioso cómo esta calle, a partir de una especie de triángulo, hasta topar con las vías del ferrocarril, no tiene algo de pavimento, ni siguiera gravilla y durante años y años, se ha quedado como una especie de “ombligo” en el sector de la Antigua Aceitera.
Santiago Martínez es un modesto comerciante de frutas picadas y rebanadas que con su triciclo, impecable, pintado de blanco, con vidrio en las vitrinas, focos de luces rojas y amarillas que encienden de manera preventiva, expende este sano alimento en el crucero de la avenida Morelos y la calle Leona Vicario, mucha gente lo conoce por su estilo de trabajo.
Su atención para con los clientes es inmejorable, la manera en que presenta los grandes vasos de fruta, no tiene comparación, sobre todo cuando los adorna con una porción del exótico kiwi o una guayaba, partida en flor, lo mismo que una fresa del tamaño de un durazno, igualmente zarzamoras o cerezas, todo con gran imaginación y desde luego, no falta una servilleta blanca y un palillo de dientes.
Este hombre que comparte el oficio con decenas de “fruteros” establecidos desde hace años en esa avenida Cuarta de la colonia Antigua Aceitera, pide la ayuda de las autoridades para que “nos hagan caso y pavimenten, porque cuando llueve, se convierte en un lodazal y si se registran tolvaneras, la ropa, las viviendas, los vehículos son totalmente cubiertos”.
Su aspecto limpio todos los días que trabaja, contrasta grandemente con el sitio donde vive, un área de dos cuadras, casi paralelas a las vías del ferrocarril, a donde se entra por uno de los costados del Museo del Ferrocarril.
Todo ahí luce sucio, gallinas, montones de rejas, cuartuchos construidos más pegados a las vías con viejas maderas, una gran capa de tierra cubre ventas, puertas y la entrada a las humildes viviendas, presenta una triste imagen de pobreza, abandono y rezago.
“Qué ganamos con salir todos los días a trabajar entusiastas, con gorro y delantal blanco, si, apenas salimos de la cuadra, ya vamos llenos de tierra y todo porque no tenemos pavimento”.
Dice Santiago Martínez que en esas dos cuadras de la calle Cuarta donde falta pavimento, durante los últimos años se han asentado personas procedentes de regiones del sur del país principalmente mazahuas, por eso la mayoría se dedica al comercio, la mayor parte de las viviendas están construidas y no son terrenos irregulares, ya que no ocupan derecho de vía del ferrocarril.
Se resiste a pensar que por ser una colonia donde todo mundo sabe que llegan las “Marías”, las autoridades municipales piensen que no viven familias establecidas desde hace años y también con deseos de progresar y mejorar su entorno.
Por lo angosto de la calle Cuarta en sus entradas, es difícil que entre una máquina de gran tamaño como la recicladora que “nos entusiasmó pensar que pudiera pavimentarnos ahora que empezó el programa junto con el Gobierno del Estado”.
Dice que la Junta de Mejoras no puede entrar para apoyarlos porque ellos atienden o rehabilitan el asfalto donde ya existe.
Por eso, dice con tristeza y cierta mortificación, que lo único que resta es esperar a ver “quién se acuerda de nosotros en la presidencia municipal y por casualidad tiene presente nuestras solicitudes de ayuda para el programa de pavimentación que supuestamente se hará en algunas colonias el año entrante.