06 noviembre 2003
MEXICO, D.F., (SUN-AEE).- Andrés Manuel López Obrador, jefe de gobierno del Distrito Federal, minimizó las pruebas que presentó ayer Enrique Arcipreste del Abrego, supuesto propietario del Paraje San Juan.
Señaló que está absolutamente seguro de que nunca existió Fernando Arcipreste Pimentel, por lo que está dispuesto a asumir las consecuencias políticas debido a que no pagará nada.
"Yo estoy muy tranquilo. El convenio de compra-venta de 1947 es falso y cuando decimos que el coyote es pardo, es porque tenemos los pelos en la mano", insistió.
Aseguró que ya mostró todas las pruebas que tiene en su poder y sólo esperará a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decida al respecto.
Sobre las declaraciones que hizo ayer Cuauhtémoc Cárdenas, líder moral del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el sentido de que debe respetarse la ley, López Obrador dijo que si, "pero que nada más hay que ir al fondo".
Durante su conferencia fue cuestionado sobre las razones del por qué protege a funcionarios de su partido, en especial a Cárdenas, quien de acuerdo a documentos oficiales cometió omisiones.
"Lo importante es que se investigue y se cumpla la ley. Es un fraude burdo y la responsabilidad fundamental es de quienes los maquinaron y por eso nos paramos firme", sostuvo.
Incluso, destacó que él no está jugando porque este es un asunto serio. "Llevo dos semanas pidiendo que me presenten el acta de defunción de Fernando Arcipreste Pimentel, quien firmó el contrato de compra-venta de dicho predio en 1947 y es abuelo de Enrique Arcipreste", comentó.
Además, el político tabasqueño aclaró que nunca recibió a Enrique Arcipreste porque "aquí siempre han venido muchos coyotes".
Desdeñó las pruebas que presentó ayer el supuesto heredero del predio y aclaró que el documento de este año, suscrito por uno de sus funcionarios donde reconoce la propiedad y el pago de la indemnización, forma parte de un proceso que ellos habían iniciado para pagar y que después de darse cuenta del fraude suspendieron.
Finalmente, López Obrador consideró como un retroceso la aprobación del nuevo Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE).
Dijo que esto no impacta ni lo afecta a él, sino a la gente que ha luchado por muchos años para sacar adelante al país. "Sin duda, hubo un acuerdo cupular, pero no se podrá sostener sin el apoyo de la sociedad porque ahora son otros tiempos", afirmó.