TORREÓN, COAH.- Viviana Ibarra es Licenciada en Trabajo Social, pero trabaja como despachadora en una gasolinería, ella y tres compañeras fueron engañadas por una supuesta maestra, quien les aseguró que les conseguiría una plaza en una secundaria para lo cual les cobró entre mil 500 y tres mil pesos.
Sandra Coronado también surte combustible en el expendio de Saltillo 400 y Diagonal Las Fuentes; “tengo dos años de tronco común en la carrera de Ciencias Políticas, pero me salí y al no encontrar chamba en ningún lado, ahora surto gasolina en este lugar”.
Las dos egresadas de la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C), comentaron que conocieron a la maestra Elizabeth Cuevas, quien les dijo le podía conseguir una plaza de trabajadora social a Viviana y otras de intendentes a tres más, para lo cual incluyeron en el asunto a dos mujeres más del mismo expendio de gasolina.
El trato se hizo en abril del presente año y Viviana le entregó la cantidad de tres mil pesos, mientras que las que trabajarían de intendentes mil 500 pesos cada una, la supuesta maestra, quien les aseguró que las sacaría de trabajar en la gasolinería, ya no regresó.
“La hemos ido a buscar a su casa y al principio salía ella y nos decía que no nos desesperáramos, que sí se iba a hacer el trabajo, pero después ya no nos atendía, mandaba a su hijo para que nos dijera que no estaba y ahora de plano ya ni nos abren la puerta”, comenta Sandra desilusionada.
“Investigué por mi cuenta, pues se me hacía mucho que no nos diera una razón y supe que ni siquiera trabaja en el Magisterio y no está en el sindicato de maestros, pero que sí tenían conocimiento de ese tipo de engaños, pues antes habían acudido otros afectados por la misma persona... ahora no sabemos cómo recuperar nuestro dinero”, reconoció.
Por su parte Viviana recuerda que al egresar de la Escuela de Ciencias de la Comunidad de la UA de C, se metió a trabajar en el Centro Saulo, después en una iglesia, pero el ambiente era especial y “me fui a un colegio particular, donde me pagaban muy poco, cuando solicité empleo en el grupo de esta gasolinería, pedí trabajo en el área administrativa, pero me dijeron que lo único que tenían era de despachadora... y acepté”.
Sandra comenta que cuando veía que solicitaban empleada, acudía, pero ya había como 15 ó 20 personas esperando, dejaba la solicitud, pero no me hablaban, tengo dos hijos y un esposo y entre los dos sostenemos el hogar.
Viviana y Sandra, dos profesionistas afectadas por el desempleo, fueron también víctimas del engaño por parte de quien les aseguró trabajó en una secundaria, ahora no saben cómo recuperar su dinero.