Sin previo aviso, 180 sindicalizados del área operativa de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Durango, con diferentes periodos de servicio, fueron notificados de oficinas centrales de la dependencia federal que su relación laboral concluirá el 30 de noviembre, al no existir un trabajo que justifique su permanencia en la nómina, por lo que serán indemnizados conforme a la ley.
Se trata de personal de base que se les conoce como ?camineros?, los que recibieron el aviso la semana que concluye, sin que hubiera de por medio algún estudio laboral de campo, además de que tampoco la dirigencia sindical conocía al respecto, hasta que llegó la relación de los trabajadores que serán liquidados a más tardar el 30 de noviembre, fecha en que la SCT les rescinde sus correspondientes contratos laborales.
El despido masivo se enmarca en el proceso de adelgazamiento de la nómina que pretende realizar el Gobierno Federal en el 2004, como parte de la optimización del gasto al proyectarse una reducción presupuestal para tal periodo fiscal.
El secretario general de la sección local del Sindicato Nacional de Trabajadores de la SCT, José María Soto Valles, rechazó la indemnización de los 180 compañeros del área operativa, al considerarlo como una decisión arbitraria y deshumanizada de la secretaría, por no tomarse en cuenta que se trata de personal con 15, 20 y más años de servicio, y que habían hecho una carrera laboral que ahora se les trunca, pero sobre todo porque ya no podrán llevar el sustento de fin de año a sus familias.
Es por ello que al recibir la lista de los trabajadores que están ?en capilla?, de inmediato el sindicato realizó un análisis, plaza por plaza, tendiente a demostrar en los hechos que se justifica la permanencia de cuando menos 113 de los 180 notificados, lo cual será parte de la contrapropuesta que se haga a la secretaría.
Dijo que la liquidación evidencia la intención por desmembrar el sindicato y posteriormente desaparecerlo, por lo que habrán de luchar por defender a todos y cada uno de los compañeros enlistados en esta ocasión, y justificar que son necesarios en las actividades que realiza la SCT.
Expresó confianza en que los 113 sigan en nómina, mientras que el resto se trata en su gran mayoría de quienes ya cumplen con la antigüedad para pensionarse, por lo que será en beneficio de ellos el retiro que les proponen.
Además otro de los fundamentos de la contrapropuesta que el sindicato presentará a la SCT es que de la relación de trabajadores no se afecta a los de confianza, que son los que devengan altos salarios, por lo que, en primer lugar, se insistirá en que se queden los más que se puedan, y segundo a los que no haya posibilidad de ?salvarlos?, que al menos se les pague conforme a lo que establece la ley, sin dejar de lado las prestaciones que les corresponderían por fin de año.
El líder sindical señaló que la medida, que apenas les fue notificada a mitad de semana, generó una gran inquietud y efervescencia no solamente en el personal de base de la SCT, sino en otras dependencias en donde también se maneja la intención de reducir la nómina.
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FSTSE: no acepten
las indemnizaciones
El dirigente estatal de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), José Luis Martínez Prado, exhortó a los sindicalizados de la SCT a no aceptar la indemnización y esperar a que se defina una postura nacional con relación a los despidos masivos que pretende el Gobierno Federal, y que será de total rechazo a la desaparición de las plazas.
Dijo que aunque el argumento de la SCT, al despedir a personal sindicalizado, es que no tienen trabajo, la tendencia que se vislumbra por parte del Gobierno Federal es a desaparecer los sindicatos, por lo que el próximo lunes, luego de una reunión urgente en la FSTSE, se asumirá una postura concreta que tendrá como objetivo la preservación de las organizaciones sindicales y conservar el trabajo.
Por ejemplo, agregó que también en el sector salud se vislumbra la intención de afectar plazas sindicales, cuando hay una subcontratación de personal con salarios de miseria (600 pesos quincenales), con el único afán de dañar a los sindicatos.