Especialistas recomiendan muchos cuidados para la nueva mamá
SUN-AEE
MÉXICO, DF.- Los cambios fisiológicos que debe cuidar una mujer que se convierte en madre tienen que ver con la higiene íntima, sin dejar de lado los físicos y sicológicos, que en muchas ocasiones se relacionan con la falta de descanso y el exceso de responsabilidades.
En lo físico, especialistas en la materia dicen que quienes acaban de ser mamás por primera ocasión tienen que aprender que tras el parto, el canal cervical sigue y no está protegido del moco que normalmente lo aísla del ambiente exterior. De igual forma es importante que después del lavado, la zona quede seca.
Las madres a las que se les practicó una episiotomía (corte que se hace en el perineo) deben secar la herida, cambiar la toalla sanitaria, por lo menos, cada tres horas, así como el material de curación; tener mediano reposo, sin permanecer mucho tiempo en cama y en una sola posición, porque ello la expondría a sufrir una trombosis debido a la falta de circulación sanguínea.
Durante el puerperio, en el cual se desprende y elimina la costra placentaria, el cuerpo de la mujer presenta un mayor número de hormonas circulando por todo el organismo, de ahí que presente cambios importantes en su conducta y en su fisiología.
De la risa al llanto
Con frecuencia, las mujeres pasan por un periodo de inestabilidad emocional que suele presentarse durante el puerperio y en algunos casos más allá de los 40 días. Las mamás se ven afectadas por una sensación de cansancio físico y emotivo, el cual desaparece espontáneamente, pero la depresión posparto, es una enfermedad con mayores complicaciones.
Algunas veces aparecen pequeños trastornos que alteran el entendimiento sexual debido, entre otras cosas, a causas orgánicas relacionadas con la lactancia ya que la hipófisis, glándula situada en la base del cerebro, segrega mayores cantidades de prolactina que inhibe el impulso sexual, o bien por la percepción que tienen de su figura, transformada por el aumento de peso.
Hay razones para estos fenómenos, pues existen factores que modifican los estados de ánimo de la mujer que ha dado a luz, relacionados con aspectos estresantes como un matrimonio inestable, carencias económicas, un esposo ausente o poco participativo, falta de un espacio propio, un embarazo no deseado, un trato mecanizado de los servicios de salud o la responsabilidad que implica el cuidado de los hijos.
Los estados de tristeza de algunas madres después del parto son pasajeros y no duran más de tres días o una semana, aunque es preocupante cuando una mujer presenta llanto constante, no atiende a su bebé o se aísla del mundo exterior porque puede tratarse de una depresión posparto, sobre todo si se tienen antecedentes sicóticos que pueden reactivarse después del alumbramiento, pero afortunadamente, son raros los casos.
En este periodo en el cual abunda la melancolía y las dudas, el hombre debe ser más comprensivo, prestar mayor atención a los estados anímicos de su pareja y colaborar más de lo habitual en las labores domésticas. Asimismo, encontrar un tiempo para llevar una vida de pareja y evitar que el nacimiento del niño desestabilice la unión en lugar de afianzarla.