Filadelfia (EEUU), (EFE).- Científicos estadounidenses anunciaron que han desarrollado un método para detectar el cáncer renal en la orina de sus pacientes, lo cual ayudará a adelantar el tratamiento.
El estudio, publicado en el número de diciembre de la revista "Cancer Research", indicó que el método será especialmente útil en este tipo de cáncer que es de difícil detección.
Se trata de un sistema preciso, simple y de bajo costo, manifestaron investigadores del Centro Oncológico Fox Chase, del estado de Pensilvania.
Hasta ahora el cáncer de los riñones se diagnostica mediante la toma de imágenes renales, incluyendo ultrasonido o resonancia magnética.
Por otra parte, la biopsia es difícil de interpretar y precisa de una confirmación radiográfica después de una intervención quirúrgica, explicaron los investigadores.
Además, no existe un marcador proteínico para el cáncer renal como ocurre con otros tipos de cáncer, como el de próstata, según señalaron.
"Utilizamos un procedimiento de laboratorio para analizar la orina de 50 pacientes con cáncer renal. Cuarenta y cuatro de las 50 pruebas mostraron cambios genéticos idénticos a los encontrados en tumores extraídos en una operación", dijo Paul Cairns, autor principal del estudio.
Al realizarse la misma prueba en los pacientes del grupo de control, es decir gente sin cáncer, ninguno mostró las alteraciones genéticas descubiertas en los que sí sufrían el mal, añadió.
"Esta prueba es considerablemente precisa y no tiene positivos falsos", manifestó Robert G. Uzzo, cirujano urólogo de Fox Chase.
Además, uno de los resultados más impresionantes de esta investigación es que la prueba también identificó a 27 de 30 pacientes que sufrían el cáncer renal en su etapa inicial.
La detección temprana de este tipo de cáncer significa adelantar un tratamiento y mejorar las perspectivas de supervivencia para el paciente, añadió.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer renal es el tipo de mayor incidencia en los países de desarrollo y cada año se diagnostican en todo el mundo unos 190.000 casos.
La OMS señala que sus causas principales son el consumo de tabaco y la obesidad.